El 8 de marzo es una fecha propicia para reflexionar sobre la presencia de las mujeres en el Taichi y el Qigong. Aunque estas disciplinas han sido practicadas durante siglos, la participación femenina ha sido históricamente reducida y, en muchos casos, invisibilizada.
Durante la investigación para mi tesina final del máster en Mindfulness de la Universidad de Zaragoza, titulada "Quietud y movimiento: una revisión teórica sobre mindfulness, qigong y técnicas contemplativas daoístas" (2022), confirmé que, al igual que en muchas otras tradiciones, el conocimiento en estas prácticas ha sido transmitido principalmente por hombres. Los textos antiguos apenas mencionan figuras femeninas, y muchas de las prácticas de alquimia interna daoísta fueron diseñadas por y para ellos, sin contemplar las particularidades del cuerpo y la energía femenina. El Taichi y el Qigong no han sido la excepción en esta tendencia. Las grandes figuras históricas de estas artes han sido mayoritariamente hombres, y no fue hasta el siglo XX cuando las mujeres comenzaron a ganar cierto reconocimiento. En la línea de Pekín del estilo Chen, por ejemplo, no encontramos mujeres hasta la 4ª generación, con figuras como Bai Shuping, Pan Ying y Qinlan Ling. En la 6ª generación de esta línea podemos encontrar presencia femenina con Anabel Esteve y Rocío Iznardo, mis hermanas de linaje y que han contribuido en la enseñanza y difusión de estas prácticas. También es importante recordar a mujeres que marcaron la historia del Taichi. En el estilo Chen podemos poner algunos ejemplos. Chen Liqing (1919-2009) fue la primera mujer de la historia en ser reconocida como maestra de Taichi del linaje de la familia Chen, dedicó su vida a investigar la historia y la teoría del Taichi y recuperó una forma de 108 movimientos, considerada perdida. Chen Yuxia (1924-1986), hija de Chen Fake, fue posiblemente la mayor experta en el uso de la espada dentro de esta disciplina, siendo recomendada por numerosos maestros a sus alumnos para perfeccionar su técnica. Otra figura destacada fue Kan Guixiang (1940-2024), alumna de Tian Xiuchen, quien colaboró en la creación de la forma de 36 movimientos del estilo Chen y ha formado a generaciones de artistas marciales y entrenadores en la Universidad de Deportes de Pekín. Hoy en día, la situación está cambiando. Cada vez más mujeres practican, enseñan y contribuyen a la evolución del Taichi y el Qigong. Sin embargo, aún persisten desigualdades en cuanto a reconocimiento, oportunidades y visibilidad. ¿Cuántas mujeres son consideradas referentes mundiales en comparación con los hombres? ¿Cuántas son invitadas a impartir seminarios internacionales o a participar en eventos de alto nivel? Es fundamental seguir promoviendo el papel de las mujeres en estas disciplinas y reconocer sus contribuciones pasadas y presentes. Si conoces a maestras de Taichi y Qigong, te invito a compartir sus nombres y su labor para ayudar a visibilizar su trabajo y su legado. El cambio ya está en marcha, pero aún queda camino por recorrer.
1 Comentario
¿Realmente el Taichi es para todas las personas o es un mito?
El Taichi es un arte marcial interno que combina movimientos fluidos, respiración consciente y enfoque mental, entre otros aspectos. A menudo, las personas que nunca lo han practicado se sienten atraídas por su imagen externa, que en muchos estilos es aparentemente tranquila, relajante o incluso fácil, pero al sumergirse en la práctica, descubren que reuqiere de compromiso, perseverancia y dedicación. Practicar Taichi no es simplemente imitar movimientos o aprender una coreografía (que también necesita de práctica). Esta es, de hecho, una visión demasiado superficial de la disciplina, aunque, obviamente, quien quiera quedarse solo ahí, puede. Pero el Taichi no es sólo una forma de moverse, es un camino de autoconocimiento y mejora personal que requiere dedicación tanto en el cuerpo como en la mente. Y constancia. Y resiliencia. Y disposición para gestionar la frustración. Y paciencia… mucha paciencia. El concepto chino de "kung fu" es clave para comprender esto: cualquier habilidad, la que sea, se adquiere con tiempo, esfuerzo y perseverancia. ¿Alguien ha aprendido a tocar un instrumento sin practicar con constancia? ¿O ha llegado a ser un buen chef sin pasar horas en la cocina? ¿O ha logrado hablar un nuevo idioma sin dedicarle tiempo y esfuerzo? El verdadero progreso, ¡en cualquier disciplina, sea la que sea!, se logra con tiempo, repetición y compromiso constante. Por eso, quienes esperan avanzar en el Taichi sin un compromiso real... se desilusionan rápidamente. Algo similar ocurre con sus beneficios. El Taichi tiene múltiples beneficios demostrados para la salud, la mente y el bienestar general, pero estos no aparecen por arte de magia ni simplemente por asistir a clase y seguir los movimientos; es la práctica constante, con intención y profundidad, lo que realmente transforma. Así que no, el Taichi no es para quienes buscan caminos fáciles, resultados inmediatos o remedios milagrosos. Pero el Taichi sí es una práctica ideal para quienes comprenden que la verdadera maestría sólo se alcanza con tiempo y constancia, para quienes valoran y disfrutan con el proceso de aprendizaje, para quienes enfrentan desafíos con determinación, y para quienes entienden que la superación personal es un camino de dedicación y crecimiento continuo. Quizá sea este uno de los principales motivos por los que el Taichi no está de moda… Tal vez sea precisamente la profundidad de este arte lo que lo hace menos popular en unos tiempos en los que todo se mide en 'likes', reacciones y visualizaciones fugaces, la inmediatez manda y la apariencia lo es todo. |
Manuel RodríguezEterno aprendiz... Archivos
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