¿QUÉ ES EL QIGONG?
El Qigong (Qìgōng 氣功), también conocido como Chikung, es una práctica milenaria cuerpo-mente, dentro del marco de la Cultura y la Medicina China, utilizada para regular la energía vital (qì) mediante trabajos y ejercicios (gōng), realizados en coordinación con una respiración consciente, la visualización y la concentración en puntos, canales de acupuntura o zonas del cuerpo. El Qigong quiere decir, por tanto, «trabajar con la energía vital, aprender a controlar el flujo y la distribución del Qi para mejorar la armonía del cuerpo y la mente».
La Medicina China considera que en el cuerpo humano hay un sistema energético formado por una red de meridianos por los que fluye el Qi. Según esta medicina, la enfermedad es un estancamiento o interrupción de esta energía interna, que no puede circular libremente por el cuerpo. El objetivo de todas las técnicas que conforman la Medicina China, entre las que se encuentra el Qigong, consiste en retornar al organismo el estado de equilibrio energético Yin-Yang que se ha perturbado, ya que el estado de salud se caracteriza por el equilibrio dinámico de estas dos fuerzas duales. |
Tradicionalmente existían cinco grandes escuelas de Qigong:
- Qigong Médico o Terapéutico (Yī Jiā), cuyo objetivo era el de prevenir la enfermedad y mejorar la salud.
- Qigong Taoísta (Dào Jiā), que trataba de mejorar, desarrollar y fortalecer el cuerpo y el Qi buscando la longevidad.
- Qigong Budista (Fú Jiā), que buscaba mantener y preservar el cultivo del cuerpo y el Qi y busca alcanzar el «estado de Buda», centrándose más en el espíritu.
- Qigong Confucionista (Rú Jiā), que subrayaba la creencia de que un individuo sano tiene más oportunidades de comportarse de una manera íntegra, de modo que si uno se cuida a sí mismo, seguramente podrá cuidar a los demás.
- Qigong Marcial (Wǔ Jiā), cuya práctica fortalecía y acondicionaba el cuerpo y mejoraba las habilidades de defensa y ataque en las artes marciales.
Algunos autores engloban las escuelas taoísta y budista en una sola, a la que denominan Qigong Espiritual y Meditativo (Jīng Jiā). Existen también otras muchas escuelas que se han ido desarrollando, a lo largo de los siglos, en respuesta a influencias del yoga indio y del budismo tibetano, entre otros.
El Qigong ha sido conocido por muchos nombres a lo largo de la historia china: Tu Gu Na Xin (expulsar la energía usada y absorver la nueva), Xingqi (movilizar el Qi), Yangsheng (nutrición de la fuerza vital), Neigong (trabajo interior) o más comúnmente Daoyin (conducir y guiar la energía). El término Qigong es, en realidad, bastante reciente, mencionándose por primera vez en un texto que data de la dinastía Ming (1368-1644), aunque no se utilizó en su sentido actual («el arte del cultivo del Qi») hasta el s. XX. |
Ba Duan Jin. (Valencia, 2015)
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Probablemente, los ejercicios más antiguos de Qigong encontrados en China son las danzas imitando a animales de los antiguos chamanes chinos y que se remontan a mucho antes de la dinastía Zhou (1028-221 a.C). También actualmente el practicante de Qigong cultiva habilidades animales (equilibrio, flexibilidad, gracia, fuerza...) y, a través de la práctica del Qigong, desea incorporar la salud, la fortaleza y la vitalidad de los animales.
La referencia documental sobre Qigong más antigua como ejercicio curativo más que como danza está inscrita en doce piezas de jade fechadas en el s. VI a.C, que contienen consejos para recoger el aliento y hacerlo descender por el cuerpo hasta el bajo abdomen. También la biblia de la Medicina China, el Huang Di Neijing (Clásico de Medicina Interna del Emperador Amarillo, s. I y II a.C), recomienza el Daoyin para curar fiebre, escalofríos y otras enfermedades, y afirma que la meta del Daoyin es llegar a ser como los sabios de antaño, quienes «habitan serenamente contentos en la vacuidad y la verdadera fuerza vital les acompaña siempre; preservan en el interior su espíritu vital. ¿cómo iba a poder alcanzarles la enfermedad?». En el Clásico se afirma, también, que el médico sabio cura la enfermedad antes de que se desarrolle y no después de que se haya manifestado.
La referencia documental sobre Qigong más antigua como ejercicio curativo más que como danza está inscrita en doce piezas de jade fechadas en el s. VI a.C, que contienen consejos para recoger el aliento y hacerlo descender por el cuerpo hasta el bajo abdomen. También la biblia de la Medicina China, el Huang Di Neijing (Clásico de Medicina Interna del Emperador Amarillo, s. I y II a.C), recomienza el Daoyin para curar fiebre, escalofríos y otras enfermedades, y afirma que la meta del Daoyin es llegar a ser como los sabios de antaño, quienes «habitan serenamente contentos en la vacuidad y la verdadera fuerza vital les acompaña siempre; preservan en el interior su espíritu vital. ¿cómo iba a poder alcanzarles la enfermedad?». En el Clásico se afirma, también, que el médico sabio cura la enfermedad antes de que se desarrolle y no después de que se haya manifestado.
En 1980 se comienza a abogar por el uso de la ciencia y la tecnología para investigar el Qigong, la Medicina China y los potenciales del ser humano creándose, en diciembre de 1985, la Asociación China de la Ciencia Qigong, donde se declaró que «muchas pruebas demuestran que un estudio científico intensivo del Qigong conducirá a un pleno desarrollo de las habilidades tanto mentales como físicas del ser humano». Desde entonces, un cuerpo cada vez mayor de pruebas va demostrando que el Qigong puede ser un complemente muy eficaz en el tratamiento de algunas enfermedades.
El Qigong es un sistema holístico de meditación en movimiento, una práctica antigua en continua evolución, que incluye posturas, ejercicios de pie (sentados o tumbados), ejercicios en movimiento, meditación, técnicas respiratorias y automasajes.
La práctica del Qigong se compone de tres procesos de regulación (Sān Tiáo), en el que los unos interaccionan con los otros buscando una armonía entre los tres. Estos procesos son:
- Regular la forma (cuerpo) - Tiáo Xíng (Shēn)
- Regular la energía vital (respiración) - Tiáo Qì (Xí)
- Regular la mente (espíritu) - Tiáo Yì (Shén)
El gato se despereza. (Valencia, 2016)
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Por el tipo de ejercicios, el Qigong puede dividirse en:
1. Qigong estático (Jìng Gōng). Todo el cuerpo está quieto. El qi se controla mediante la concentración mental, la visualización y métodos precisos de respiración. 2. Qigong dinámico (Dòng Gōng). Todo el cuerpo se mueve de una postura a otra, o se mantiene una postura mientras determinadas partes del cuerpo se mueven. Externamente hay movimiento, pero internamente la mente está tranquila, quieta y en reposo (Yin y Yang). No obstante, estas categorías no son rígidas, pues la quietud y el movimiento son principios relativos. Lo importante es encontrar un equilibrio entre Yin y Yang: «en el movimiento buscar la quietud; en la quietud sentir el movimiento». Cualquier técnica de Qigong puede ser utilizada para muchos propósitos diferentes, dependiendo de la intención de cada practicante. El Qigong es una joya con múltiples facetas y su práctica no esta limitada al bienestar, sino que puede influenciar cualquiera de los aspectos de la vida cotidiana. |