1. Lo natural no es la barbarie ni dejarse llevar por los instintos más primarios y por la violencia más gratuita. Lo natural es el respeto y la delicadeza, aunque la ley de la selva todavía anide en nosotros. Disfrutar o vanagloriarse por dejarse llevar por la naturaleza "primaria" del individuo solo expresa la incapacidad para progresar y no el éxito del trabajo interior con uno mismo.
2. Nadie está en la verdad pero todos -aunque a veces nos asuste y a veces nos cueste- caminamos hacia ella. 3. Si no te quieren -con o sin motivo- sigue tu camino porque, hagas lo que hagas, no conseguirás que te quieran. Si te quieren, no te quedes mucho tiempo porque es muy fácil acomodarse y dejarse estar, olvidando el motivo vital que nos guía. Así que continúa pronto tu camino. 4. Experiencia y secreto son contradictorios y contrarios. Una experiencia que no se transmite es una experiencia inútil que no beneficia a nadie. 5. La religiosidad y la religión no son necesarias, ni siquiera obligatorias para ser taoísta. Creer, sin embargo, es la base de cualquier camino que se emprende. Seguir es el alimento del creer. Y finalmente todo deviene en fe. Y como todo el mundo sabe: la fe mueve montañas. 6. Sentir y pensar son, desde el punto de vista de la conciencia, antónimos. Si pensamos, no sentimos; si sentimos, no pensamos. Sin embargo, son dos potencialidades que habitan en nosotros. Disfrutarlas nos ayuda a madurar. Denostarlas nos hace minusválidos. 7. El silencio y la conciencia van de la mano, se ayudan y potencian entre ellos. La conciencia se amplía y fortalece en el silencio; el silencio encuentra firme apoyo cuando la conciencia está activa y centrada. Buscar el silencio sin huir de la realidad y concienciar cualquier momento, sean cuales sean las circunstancias, es ir avanzando en el camino. 8. El Taichi, la meditación, la respiración, el Chikung, etc... son técnicas y prácticas que ayudan a despertar la conciencia, a mantener la atención, a disciplinar la voluntad y a desperezar el cuerpo. Por sí mismas no son más que técnicas, sin embargo con su ayuda podemos potenciar nuestro caminar y hacerlo más seguro, más firme, más enérgico y más tranquilo. 9. Más de una vez, en nuestro cotidiano caminar, nos encontramos abrumados o sembrados de dudas o simplemente decepcionados con nuestra forma de actuar o con la de los demás. Sentarse a lamerse las heridas es habitual. Sentir autolástima también lo es. Pero lo que más despeja el camino es seguir, seguir y dejarse guiar por el corazón, por la intuición, por la VIDA que siempre nos cuida y alienta. Vivir es seguir y seguir es avanzar pase lo que pase. El corazón nunca pierde el camino verdadero. La razón y la tristeza suelen enturbiarlo hasta confundirlo. 10. La humildad y la generosidad son los dos bienes más preciados del caminante. Gracias a la humildad se puede cumplir el texto del Tao Te King que dice: "El buen caminante no deja huella". La humildad es la levedad que permite que caminemos borrando las huellas de nuestro paso y dejando un suave regusto del encuentro. La generosidad nos permite desprendernos de todo cuanto llevamos y también nos permite nutrir los corazones de aquellos con quienes nos encontramos en el camino. La generosidad no es obsequiosidad, sino simple desprendimiento y humanidad. Humildad y generosidad son nuestras mejores zapatillas: se hacen más y más cómodas a medida que se usan más. [Extraído del blog 20 lecciones de taoísmo (y toda una vida para practicarlas) de Andrés Guerrero]
4 Comentarios
9/11/2015 09:17:55 pm
quiero avereriguar para aprender a meditar y hacer una actividad
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3/12/2015 06:06:38 pm
Hola, Cristina.
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