Un estudio publicado en la revista Biological Psychiatry indica que el tratamiento del insomnio con Taichi o CBT reduce la inflamación en el organismo. El ensayo fue realizado en 123 adultos mayores de 55 años con insomnio, los cuales fueron aleatorizados a recibir tratamiento con CBT, Taichi o seminarios sobre la higiene del sueño. La CBT redujo los niveles circulantes de proteína C-reactiva, un marcador sistémico de inflamación, mientras que el Taichi, un estilo de vida dirigido al estrés causante de insomnio, redujo la inflamación a nivel celular. Cualquiera de los dos tratamientos revirtió la activación de vías de señalización pro-inflamatorias, manteniéndose el beneficio a lo largo de los 18 meses del período de seguimiento. En los pacientes que atendieron los seminarios no se apreció ningún cambio.
El Dr. John Krystal, editor de la citada revista, considera estos resultados una demostración de que los enfoques basados en el comportamiento y en el estilo de vida pueden mejorar la calidad del sueño, reducir el estrés y tener un impacto positivo en la salud global. Michael Irwin, científico del centro Cousins de Psiconeuroinmunología en Los Angeles y director del estudio, considera asimismo que estos enfoques representan el tercer pilar que sustenta la salud, junto con la dieta y la actividad física.
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El Taichi Chuan y el Chikung pueden constituir un método preventivo y representar una vía terapéutica complementaria de utilidad para mejorar la salud de quienes sufren Trastornos Límite de la Personalidad (TLP). El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), también llamado limítrofe o fronterizo, es definido por el DSM-IV como «un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por inestabilidad emocional, pensamiento extremadamente polarizado y dicotómico y relaciones interpersonales caóticas». El perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación. Se incluye dentro del grupo B de trastornos de la personalidad, los llamados «dramático-emocionales». Es, con mucho, el más común de los trastornos de la personalidad. En un estudio piloto exploratorio bastante reciente realizado por José Javier Pedrosa y Ricardo Ros, del grupo DERSA (Deporte, Ergonomía y Salud) de la Universidad de Zaragoza, los investigadores han aplicado un programa que, a través del movimiento, integraba la regulación del cuerpo, la respiración y la mente, tal y como propone la práctica correcta del Taichi, el Chikung y el Mindfulness, siendo esto último una instrucción básica de las dos primeras disciplinas, en las que lo llamamos Guān (觀, observar).
El estudio se ha desarrollado durante tres meses en el servicio de psiquiatría de un centro hospitalario como actividad complementaria dentro del marco terapéutico global. Aplicado a un grupo de diez pacientes, se ha visto que esta práctica podría mejorar aspectos físicos y psicosociales, ya que tras la intervención han puntuado respirar bastante mejor (7/10), mayor disposición para sus actividades cotidianas (7/10), más facilidad para relacionarse con su entorno (5/10) y la valoran positivamente como complemento a su terapia individual (5/10). El estudio completo se puede leer aquí, a partir de la página 33. INTRODUCCIÓN La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. La dimensión positiva de la salud mental se destaca en la definición de salud que figura en la Constitución de la OMS: «la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». Entre muchas dolencias psicológicas, y quizá por el momento histórico, social y político que estamos viviendo actualmente, podemos destacar el estrés, la ansiedad, la ira y la depresión. De hecho la OMS afirma que cerca del 20% de la población tiene algún tipo de trastorno o problema mental de este estilo, figurando éstos entre los factores de riesgo importantes de otras enfermedades y lesiones no intencionales o intencionales. El estrés, que afecta negativamente a la salud psicológica y física de las personas, puede ser definido como el proceso que se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, a las cuáles debe dar una respuesta adecuada, poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento. Cuando la demanda del ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva frente a los recursos de afrontamiento que se poseen, se desarrollarán una serie de reacciones adaptativas que implican activación fisiológica. Esta reacción de estrés, sobre todo si es excesiva, incluye una serie de reacciones emocionales negativas o desagradables, de las cuáles las más importantes son la ansiedad, la ira y la depresión. Muchas veces ansiedad y estrés se usan como sinónimos, entendiendo en ambos casos un mismo tipo de reacción emocional. Sin embargo, existen diferencias a la hora de estudiar ambos fenómenos: el estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio, mientras que la ansiedad es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Dentro del proceso de cambios que implica el estrés, la ansiedad es la reacción emocional más frecuente. Si bien la existencia del estrés es necesaria (y gracias a ella hemos sobrevivido como especie a lo largo de la historia), las consecuencias de un exceso de estrés y ansiedad generan daños en el cuerpo que afectan a la calidad de vida de las personas. Algunos de los estragos más comunes causados por el estrés pueden ser obesidad y sobrepeso, pérdida del cabello, depresión, reducción del deseo sexual, menstruación irregular, acné, cuadros alérgicos, úlceras, insomnio, disminución de fertilidad, enfermedades cardíacas e incluso acelerar una crisis de asma, entre otros. El estrés y las emociones tienen una relación muy íntima: las emociones se pueden definir como un estado de ánimo que aparece como reacción a un estímulo, lo que hace pensar que el estrés pueda ser, en cierto modo, una emoción. Algunas respuestas de tipo emocional que se presentan en personas afectadas por el estrés son abatimiento, tristeza, irritabilidad, apatía, indiferencia, inestabilidad emocional, etc. MEDITACIÓN EN MOVIMIENTO Las emociones, íntimamente ligadas con el estrés, son mentales y físicas a la vez. Implican un movimiento de energía tanto en uno mismo como entre uno mismo y un objeto. Por tanto, la práctica correcta de técnicas y disciplinas relacionadas con la meditación en movimiento (Taichi, Chikung, Yoga, Alexander, Fledenkrais, …) puede ayudar a eliminar obstrucciones en el flujo de emociones para que éstas puedan expresarse airosamente en vez de quedar reprimidas o ser exteriorizadas de forma impulsiva. En los últimos años el número de estudios e investigaciones relacionadas con técnicas de Meditación en Movimiento (a veces llamadas “MM”) ha aumentado considerablemente; sin embargo, estas prácticas a menudo han sido tratadas por los investigadores como formas de ejercicio comparables a otros trabajos aeróbicos ordinarios, estiramientos o simples técnicas de relajación. Como señala Catherine Kerr, la comprensión del investigador biomédico en cuanto a lo que está sucediendo en la meditación en movimiento no suele coincidir con la de un profesor de estas técnicas: un investigador puede entender las prácticas como forma de ejercicio para reducir el estrés generalizado no muy diferente, en principio, de ir a dar un paseo, mientras que el instructor piensa en ellas como un proceso más sofisticado en el que la conciencia del practicante se coloca en regiones específicas del cuerpo para realizar cambios concretos. Esta disyunción en los puntos de vista puede llevar a problemas en el diseño de futuros experimentos y responder con claridad preguntas científicas relevantes. El uso del término "Meditación en Movimiento” fue sugerido por Larkey y supone un paso importante en el reconocimiento de las características especiales de estas prácticas. Larkey basó su definición pensando específicamente en la práctica del Taichi y el Chikung y algunas disciplinas similares en un intento de llamar la atención sobre estas formas de ejercicio y diferenciarlas de otros convencionales y, por qué no decir, a veces más de moda pero no por ello más sanos. La definición que Larkey propuso se resume en cuatro características esenciales para diferenciar las técnicas de Meditación en Movimiento de otras tantas: 1. Un estado meditativo de la mente, que incluye la conciencia en el cuerpo. En este contexto “mente” no significa “pensamiento conceptual”, sino “conciencia”, centrándose sobre todo en un trabajo espacial, interoceptivo, propioceptivo y kinestésico. Esto incluye también la atención al flujo de la respiración y la sangre, sensaciones viscerales, la experiencia del equilibrio, la orientación y la postura corporal. Esta manera de usar la atención es similar a la que se utiliza en otras formas de meditación, como la tan de moda ahora “meditación Mindfulness”, pero en el caso de la Meditación en Movimiento se requiere, además de esta, otras técnicas mentales específicas. Por ejemplo: en la práctica del Taichi y el Chikung es fácil encontrarnos con instrucciones como “sentir el aire denso, como si fuese agua”, que desarrolla el sentido kinestésico, la sensibilidad táctil, una sensación placentera de ligereza, calidez, suavidad y, al mismo tiempo, potencia. También en las técnicas de Meditación en Movimiento la mente se utiliza para dirigir el Qi; de hecho en Taichi y Chikung se repite constantemente la frase «utiliza la intención, no la fuerza física» (yòng yì bù yòng lì - 用意不用力), pues se dice que allí donde se dirija la intención, allí estará el Qi. 2. Formas de movimientos prescritos. En las disciplinas relacionadas con la Meditación en Movimiento los movimientos suelen ser específicos, ya sea un itinerario prescrito (donde la serie de movimientos es la misma y debe ser aprendida y practicada) o bien movimientos de forma libre y espontánea (donde el practicante, siguiendo siempre una serie de principios y teniendo los movimientos aprendidos, practicados e interiorizados, puede dejarse llevar libre y espontáneamente). Estos movimientos pueden ser amplios o extremadamente sutiles, casi imperceptibles al ojo humano. En el Chikung, por ejemplo, tenemos formas de movimientos de pie y sentados, y también posturas estáticas sentados, tumbados o de pie (Zhang Zhuang); en estas últimas se sigue produciendo un pequeño y sutil micro movimiento (por no hablar del movimiento del Qi y la sangre, del que el practicante es consciente). A veces algunos instructores hacen trabajos de realizar movimientos grandes y obvios dirigiéndose, poco a poco, a hacerlos más pequeños hasta casi imperceptibles; en este proceso las sensaciones interoceptivas y propioceptivas se vuelven progresivamente más intensas, aumentando también la eficacia de la práctica de esta disciplina. De hecho en Chikung muchas veces se dice que «el movimiento pequeño es mejor que el movimiento grande y ningún movimiento grande es mejor que el movimiento pequeño». También en la práctica del Taichi la mente se emplea activamente en imaginar la aplicación marcial de los movimientos y la atención a determinadas zonas y puntos de acupuntura, lo que produce ciertas sensaciones internas. 3. Una atención explícita a la respiración. La conciencia y el control de la respiración son fundamentales en las técnicas de Meditación en Movimiento y, en el caso del Taichi y el Chikung, tiene una relación muy importante con el flujo de Qi. Alterar el patrón de la respiración puede alterar el funcionamiento del sistema nervioso autónomo. Existen multitud de prácticas respiratorias que permiten liberar las emociones, calmar la mente y/o mejorar la fuerza física. En el Taichi y el Chikung el cuerpo y la respiración siempre actúan de forma sincronizada, acompasando el movimiento al ritmo respiratorio y pudiendo llegar, por tanto, a estados de conciencia profundos. En las disciplinas de Meditación en Movimiento la respiración se describe como un puente entre las funciones conscientes e inconscientes, una forma de que la mente consciente influya en las funciones inconscientes, controladas por el sistema nervioso autónomo. De hecho la influencia mutua entre respiración, sistema nervioso autónomo y las emociones es bien conocida en la literatura científica y, a lo largo de los años, se han realizado numerosos estudios relacionados con los efectos de diferentes técnicas de respiración sobre estados emocionales y mentales. 4. Un estado de relajación activa. A diferencia del significado que normalmente se da al verbo “relajar” y que evoca una situación de dejadez extrema, la relajación profunda y activa, conocida como “Fàng Sōng” (放松) en las Artes Marciales Chinas, se refiere a un estado de tono completamente equilibrado en el que cada músculo está haciendo exactamente lo que debería con la mínima tensión necesaria para ello. La tensión es un estado de hipertonía y la flojera es un estado de hipotonía; sin embargo la práctica del Taichi y el Chikung buscan un estado de eutonía. Los sistemas biológicos son sistemas complejos, que se organizan para preservar de forma óptima diferentes variables, como la temperatura o la composición química. Esto se conoce como "homeostasis", un término acuñado por Cannon. Los niveles de cortisol, por ejemplo, pueden ser un indicador de estrés, una condición presuntamente negativa; muy poco cortisol, sin embargo, es tan malo como demasiado. Uno de los objetivos del Chikung es restaurar los mecanismos innatos del cuerpo para establecer la homeostasis o equilibrio dinámico. Asimismo, las investigaciones de balanceo corporal sugieren que el Taichi y el Chikung también pueden mejorar la autorregulación postural. En el estudio de las técnicas de Meditación en Movimiento se debe tener en cuenta que el resultado deseado es un estado de equilibrio dinámico cada vez más refinado, y no un estado que se caracteriza por máximos o mínimos, tensión o dejadez. La palabra "relajar" debe utilizarse con precaución debido a su ambigüedad, y los conceptos de la teoría de los sistemas complejos pueden ser útiles en la descripción de los resultados y los procesos de meditar en movimiento. REGULAR LA MENTE Y LAS EMOCIONES (TIÁO YÌ - 调意) La práctica del Taichi y el Chikung se compone de tres procesos de regulación ( Sān Tiáo -三调), en los que cuerpo, respiración y mente interaccionan entre sí buscando una armonía entre ellos. Uno de estos procesos es la Regulación de la Mente y las Emociones (Tiáo Yì - 调意). El Taichi y el Chikung pueden ayudar a sanar y equilibrar las emociones haciendo que seamos conscientes de los componentes físicos de la ansiedad y el estrés (tensión en los hombros, ansiedad digestiva, mirada suspicaz, respiración superficial, …) y las emociones y pensamientos que nos llevan a ellos. Esto se hace a través de métodos prácticos que nos ayudan a resolver dichos problemas en su plano energético, es decir, sobre todo cuando las emociones influencian al Qi o cuando se expresan en forma de unos deficientes hábitos físicos posturales, respiratorios o en forma de tensión. Pero la relación cuerpo-respiración-mente es recíproca: el cuerpo también influencia las emociones. Ciertos hábitos respiratorios y de postura, o problemas viscerales, pueden crear actitudes psicológicas especiales. Por tanto, la práctica del Taichi y el Chikung, a través de ejercicios que permiten dirigir el Qi, nos puede permitir tratar problemas corporales, respiratorios y psicológicos de forma simultánea. ¿Cómo hacerlo? El cuerpo, la respiración y la mente emiten continuamente señales que, con una actitud y escucha o una atención mental propias del Taichi y el Chikung, se pueden detectar y corregir si son dañinas. Esto se traduce, por tanto, en un aumento de la sensibilidad y el autoconocimiento. Para ello, en primer lugar, el practicante de Taichi y Chikung debe tener una actitud de escucha y vigilancia, es decir, debe observar (Guān - 觀) tanto lo que sucede en su interior (órganos internos, circulación de la sangre, respiración, equilibrio, pensamientos, emociones, …) como lo que ocurre en su exterior, es decir, el entorno que le rodea (los fenómenos de la naturaleza, las personas, las sensaciones térmicas, …). Por tanto, en el Chikung se comienza dando estos tres pasos: observar el cuerpo (Guān Shēn - 觀身), observar la respiración (Guān Xī - 觀息) y observar la mente (Guān Xīn - 觀心). En segundo lugar, el practicante debe aprender a relajar y soltar (Sōng - 松). Como el estrés tiende a agravar todas las patologías y lleva a nuestros órganos y funciones a un desgaste físico excesivo, degenerando en un estado de malestar y desequilibrio emocional, debemos trabajar la relajación activa, es decir, regular nuestro cuerpo para usar la tensión mínima necesaria para la acción que estemos realizando en cualquier momento. Dado que cuerpo, respiración y mente son indivisibles, esto implica también regular la estructura corporal, regular la respiración (haciéndola, poco a poco, más fina, silenciosa, uniforme, lenta, profunda, …) y, a su vez, “soltar la mente” de pensamientos y distracciones, pudiendo usar, para ello, distintas imágenes y visualizaciones, como por ejemplo imaginando que el cuerpo se va vaciando a través de los pies de un fluido pesado y sucio, o realizando ejercicios vibratorios o sacudidas en las que se imagine como polvo o arenilla que se desprende del cuerpo y cae al suelo (polvo que simbolizaría preocupaciones, tensiones o malestares), entre otros muchos. Quizá para muchas personas eso de “soltar la mente de pensamientos” pueda resultar complicado, apoyándose en la famosa frase de Descartes «cogito, ergo sum» («pienso, luego existo»). Sin embargo, esta argumentación filosófica tiene, en mi opinión, un serio defecto, pues puede llevar a la errónea afirmación de que «si dejas de pensar, dejas de existir». Tendemos, por tanto, a identificarnos con nuestros pensamientos. Decía Lao Tzu: «quien se identifica con el Tao, se une al Tao; quien se identifica con la virtud, se une a la virtud; quien se identifica con el defecto, se une al defecto». Así pues, si alguien se termina identificando con pensamientos como «soy débil, soy incompetente, no valgo para nada, la gente es mala, este mundo es un asco, …» puede terminar entrando en un círculo de negatividad y sufrimiento en el que el cuerpo se terminará poniendo rígido, el Qi no fluirá bien a través de los canales y derivará en desequilibrio físico y emocional, malestar e incluso enfermedad. El Taichi y el Chikung buscan llegar, a través del movimiento, a un estado de quietud, serenidad y tranquilidad (Jìng - 靜), en el que se genera un estado de autoprotección del cuerpo y la mente ante las molestias externas y las distracciones, evitando pérdidas de energía innecesarias, permitiendo a nuestro sistema nervioso y a la mente un descanso pleno y conectándonos también con la realidad del momento presente (aquí y ahora). Además, el cultivo de la quietud nos abre la comprensión de su opuesto complementario, el movimiento (Dòng - 動). Una instrucción tradicional del Taichi y el Chikung dice «durante el movimiento hay quietud, en la quietud hay movimiento» (dòng zhōng yǒu jìng, jìng zhōng yǒu dòng -動中有靜, 靜中有動). Finalmente, el practicante de Taichi y Chikung puede llegar a la vacuidad (Kōng - 空), un estado de meditación avanzado producto de un Jìng profundo, donde se está vacío de toda tensión interna y externa, del cuerpo y de la mente, y devolviéndonos al origen, la unidad con uno mismo y con el exterior y la claridad. Este estado favorece, también, la regulación de los Tres Tesoros (Sān Bǎo - 三寶), es decir, el Espíritu (Shén - 神), la Esencia (Jīng - 精) y la Energía Vital (Qì - 氣), llevando a la persona a un estado de equilibrio físico y mental, lo que se traduce en salud, bienestar y una mayor facilidad para ser propensa a la felicidad. Otro método utilizado en Chikung es utilizar la llamada “Sonrisa Interior”, considerada por la alquimia taoísta como una de las mejores prácticas para liberarnos del estrés y la ansiedad. Desde el punto de vista de la medicina occidental, sonreír ayuda a liberar tensiones y provoca el incremento de endorfinas, reduciendo el cortisol; bajando los niveles de cortisol podemos reducir los sentimientos y emociones negativas. Reír expande también los pulmones, estira y relaja los músculos del cuerpo y estimula la homeostasis; esto ejercita el cuerpo y repone el oxígeno de las células. Además, reír ayuda a aligerar emociones. Asimismo, una sonrisa pone en movimiento cerca de 400 músculos, incluidos algunos del estómago. También está demostrado que la risa reduce el colesterol en la sangre. Y destacable es el hecho de que las personas que ríen suelen vivir más años y, de hecho, son más felices. Con la sonrisa también liberamos adrenalina (componente que incrementa la creatividad y la imaginación), dopamina (que favorece la agilidad mental) y serotonina (que posee efectos calmantes y disminuye el hambre y la ansiedad). Desde el punto de vista de la filosofía taoísta, se dice que al sonreír los órganos segregan una sustancia que alimenta todo el cuerpo, mientras que emociones como el miedo y la rabia crean toxinas que bloquean el paso del Qi afectando la salud de los órganos y el cuerpo en general. Por ello, la práctica de la Sonrisa Interior consiste en observar y regular nuestra estructura corporal y nuestra respiración y calmar la mente recordando algo o alguien que nos evoque bienestar y felicidad y dibuje una sonrisa en nuestro rostro. Teniendo presente esa sensación de alegría y visualizando el dibujo de la sonrisa en nuestra cara, se lleva esta imagen a todo el cuerpo, incluyendo músculos, órganos y entrañas, esqueleto, etc…, proyectando felicidad a cada célula de nuestro cuerpo y agradeciendo, cariñosamente, la función que realiza para nosotros. El Qi no está solamente en el cerebro o en el corazón, sino que circula por todo el cuerpo; si el Qi está sano, todo el sistema (mente, cuerpo, respiración, emociones) estará sano. INVESTIGACIONES Ha habido innumerables investigaciones sobre los beneficios de estas prácticas en la depresión, la ansiedad, la capacidad cognitiva, la inflamación, la función inmune, la artritis, tratamientos de apoyo contra el cáncer, la salud pulmonar, enfermedades cardíacas, el equilibrio, la capacidad aeróbica, la fuerza, la densidad ósea, la fibromialgia y la diabetes, por citar algunas. Un buen número de investigaciones están relacionadas directamente con la práctica del Taichi y el Chikung y sus beneficios en la mejora de la ansiedad, la depresión y otras dolencias o enfermedades afectivas y emocionales. Un número relativamente pequeño de los estudios se ha centrado en el uso de la Meditación en Movimiento para la mejora de la ansiedad y la depresión, mientras que un mayor número de estos estudios ha investigado los beneficios sobre la meditación sentados. Uno de los mejores estudios fue llevado a cabo por Wang Jisheng en el Instituto de Psicología de la Academia de Ciencias de China. El Dr. Wang evaluó la salud mental de 153 individuos que habían practicado Chikung durante menos de dos años (grupo 1) comparado con 119 individuos que habían practicado Chikung durante más de dos años (grupo 2). El grupo 2 obtuvo una puntuación positiva (p<0.05) en tales áreas representando menos características obsesivo-compulsivas, ansiedad o ansiedad fóbica, y unos buenos indicios generales de salud mental. Se encontró una significación estadística mayor cuando se comprobaron los resultados obtenidos con otros (p<0.01). El grupo 2 mostraba más sensibilidad interpersonal, menos depresión o psicosis y unas mejores puntuaciones medias. Wang dedujo que un período de práctica más prolongado tenía efectos positivos en la mayor parte de los aspectos de la salud mental. Wang también investigó el efecto del Chikung sobre el comportamiento de Tipo A (agresivo, estresado, presionado por horarios y planificaciones), que además es considerado como un factor de riesgo en las enfermedades cardíacas. En un estudio realizado sobre 233 personas, 89 de ellas practicantes de Chikung y 144 no practicantes, Wang administró un cuestionario de Tipo A a todos los individuos. El porcentaje de comportamiento de Tipo A en el grupo de Chikung fue de un 23,43%, comparado con un 51,39% en el grupo de control. Un estudio llevado a cabo por Shgemi Hayashi, del Instituto Sino-Japonés de Chikung, ha revelado que la práctica del Chikung desemboca en estados subjetivos de bienestar emocional. Basándose en un sondeo sobre 226 practicantes japoneses de Chikung, se pudo observar que aporta estabilidad emocional, mayor alegría de vivir, un descenso del egoísmo, una actitud mental más abierta, un aumento del entusiasmo y de la fuerza de voluntad, así como un mayor interés por el prójimo. Hayashi menciona que se han hallado beneficios parecidos en los estudiantes de la Escuela de Chikung de Aosora, quienes practican Chikung durante media hora diariamente antes de ir a trabajar, enumerando mejoras en la claridad mental, fuerza de voluntad, salud y felicidad. De estos y otros muchos estudios se concluye que, en general, la práctica del Taichi y el Chikung puede reducir las medidas de estrés, ansiedad y depresión comparándolas con las medidas de los grupos control. No obstante, y dada la falta de normalización de estas prácticas y la poca importancia que hasta ahora se le ha dado por parte de la medicina convencional, se ve la necesidad de realizar estudios científicos mucho más completos, rigurosos y concluyentes. CONCLUSIÓN El Taichi y el Chikung contemplan las emociones desde un punto de vista diferente al de la psicoterapia convencional, pues tienen en cuenta el modo en que las emociones afectan a la postura, la respiración y la salud de órganos internos y vísceras. El Chikung, en vez de observar únicamente los problemas psicológicos en términos de influencias pasadas o comportamientos presentes, se centra también en los bloqueos energéticos actuales. Es razonable deducir, por tanto, que trabajar conjuntamente los problemas físicos, respiratorios y mentales hacen que la mente se haga más clara y más capacitada para enfrentarse a los problemas personales o para encontrar soluciones a los conflictos que surjan. Y es necesario destacar, del mismo modo, la necesidad de que terapias convencionales y otra serie de terapias mal llamadas “alternativas” sean capaces de ir por el mismo camino complementándose y enriqueciéndose mutuamente. Asimismo, la salud mental normalmente es el resultado de una mejor salud física. La relajación activa puede fomentar la liberación y resolución de aspectos emocionales desde dos perspectivas complementarias: por un lado liberar la tensión hace que las emociones bloqueadas dentro de los músculos también se liberen y, por otro, la relajación física genera una reducción de la velocidad del metabolismo, un pulso más lento, una respiración más lenta y relajada y unas ondas cerebrales más pausadas. Estas ondas cerebrales con menor velocidad corresponden a la abertura de los rígidos lazos entre la mente consciente y la inconsciente, de modo que podemos llegar a ser más conscientes de las emociones reprimidas o inhibidas y, posiblemente, expresarlas y liberarlas de manera adecuada. Las investigaciones sugieren que la práctica correcta del Taichi y el Chikung tiene efectos positivos sobre una amplia gama de dolencias no solamente físicas, sino también mentales, y puede conducir a avances significativos en el desarrollo de nuevos tratamientos contra enfermedades relacionadas con la salud mental, como el estrés, la ansiedad o la depresión. El Taichi y el Chikung están enormemente influenciados por la filosofía taoísta. Decía Lao Tzu: «abraza el trozo de madera sin tallar». Aprender, por tanto, a reconocer los propios desequilibrios, aceptarlos y, a partir de ahí, poner en práctica los principios del Taichi y el Chikung (también en la vida cotidiana) puede ayudar a las personas con estrés, ansiedad, depresión y otras enfermedades mentales a avanzar por el camino hacia su salud física y mental a paso lento… pero seguro. Manuel Rodríguez Salvador REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
- Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) - Organización Mundial de la Salud (OMS) - FONSECA MARANTE, YOSAMNE (2010). “El estrés psicológico y sus principales formas de expresión en el ámbito laboral”. Edición electrónica gratuita. - CASTELLANOS OLIVARES, FÉLIX. “Instrucciones tradicionales para Tàijí Quán y Qì Gōng”. Escuela Tantien. - COHEN, KENNETH S. (2004). “El Camino del Qigong: el arte y la ciencia de la curación energética china”. Ed. La Liebre de Marzo. - PAYNE, PETER AND CRANE-GODREAU, MARDI. “Meditative movements for depression and anxiety”. Del 20 al 23 de Noviembre visitarán Valencia el Dr. Cui Yongsheng, vicepresidente del Departamento de Investigaciones Científicas y director del Departamento de Publicaciones de la Asociación China de Chikung de Salud (CHQA) y la profesora Wang Meijuan de la Universidad de Deportes de Shandong (China).
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Pero esto no quiere decir que una vez se practica taijiquan o qigong se obtiene un resultado inmediato. Aunque los médicos ya se ha planteado la receta deportiva, es decir, para diferentes grupos de personas y diferentes síntomas se les receta diferentes tipos de deportes, cualquier actividad física necesita experimentar un proceso desde la acumulación cuantitativa hasta el salto cualitativo final. Por eso es imposible conseguir un resultado inmediato, además se necesita de un seguimiento continuo, una práctica constante y una adaptación gradual a las maneras técnicas de los movimientos, aspiraciones y conciencias. En estos aspectos, el taijiquan y el qigong presentan diferencias notables en comparación con otros deportes modernos. Estas se reflejan principalmente en tres aspectos. En primer lugar, se trata de las técnicas deportivas. La mayoría de los deportes modernos realizan movimientos rápidos por medio de la contracción de los músculos centrípetos, mientras que en el taijiquan y el qigong se practican más los movimientos centrífugos y estáticos de una manera suave y lenta. Lo cual no solo permite fortalecer la estimulación de las articulaciones, los ligamentos y los músculos, y aumentar la intensidad de los huesos, sino que también evita al máximo las lesiones causadas en los deportes modernos. Por último, el taijiquan y el qigong son deportes con movimientos menos fuertes, por lo tanto son adecuados para todas las edades. En segundo lugar, se trata del método de dominación de la respiración. Los deportes modernos por sus intensos y rápidos movimientos emplean la respiración torácica y se ajusta el ritmo y la frecuencia de la inspiración de acuerdo con los cambios de movimiento. Este método de respiración menos profunda presenta una frecuencia alta. Además, provoca la acumulación de ácido láctico y la generación de oxígeno reactivo. Por eso, después de hacer ejercicio es especialmente necesario realizar estiramientos que eliminen el ácido láctico y así evitar la acumulación de radicales libres en el cuerpo. En consecuencia los ancianos deben actuar según su capacidad a la hora de realizar deportes intensos. Por el contrario, para practicar taijiquan y qigong se emplea la respiración abdominal, que es una respiración fina, estable, lenta y duradera, con lo que se permite la plena expansión y contracción de los capilares en el tórax y en la cavidad abdominal, estimulando la capacidad de la circulación de la sangre y del oxígeno en el tórax y la absorción de metabolitos. Así se reduce la carga cardíaca. En tercer lugar, se trata del aspecto de la conciencia. La mayoría de los deportes modernos presentan movimientos automatizados, por lo que se realizan de forma inconsciente. Por su parte, el taijiquan y el qigong son todo lo contrario, pues prestan más atención a la orientación de la conciencia hacia los movimientos. Además gracias a su suavidad y lentitud, ofrecen la posibilidad de ser conscientes en cada momento de los movimientos realizados. Los movimientos “grulla blanca desplegando las alas”, “mono encogido”, “serpiente peristálticas”, “gallo dorado sobre una pata”, etc. emplean en todo momento la consciencia para su perfecta realización. La práctica de esta disciplina hace que uno se sumerja en un estado físico y psicológico natural gracias a una relajación mental y al placer físico y psicológico, que les hace situarse entre el cielo y la tierra. Después de practicarlos uno se siente ligero y sus pasos se hacen más alegres y relajados. La ciencia moderna confirma este fenómeno y su valor sanador. Así, según un estudio, cuando el cuerpo humano está relajado su cerebro segrega una gran cantidad de ß-endorfinas, neurotransmisores opioides producidos en el sistema nervioso central. Este tipo de hormona no solo tiene el efecto de dar placer sino que también puede mejorar el sistema inmunológico, prevenir el envejecimiento, mantener la salud y prolongar la longevidad. Del mismo modo, actividades como la pintura china, la caligrafía, tocar el piano y jugar al ajedrez también cuentan con el mismo efecto placentero. Además, estos ejercicios también pueden promover la relación entre el sistema nervioso y el sistema motriz, fortalecer el dominio del nervio central a las terminaciones nerviosas y prolongar el proceso de envejecimiento del cuerpo humano. En los últimos años, a medida que crece el interés por la cultura y la lengua chinas, un gran número de occidentales eligen el taijiquan y el qigong como deportes saludables. A los europeos en general y a los españoles en particular les gusta mucho realizar todo tipo de actividades deportivas, gracias a ello disfrutan de los beneficios, de las alegrías y las pasiones que los deportes suscitan. El intercambio deportivo entre China y España no solo se limita a deportes específicos como el fútbol, el baloncesto o el tenis, sino que también se coopera en aspectos como la filosofía y el espíritu deportivos. Desde 2003, Wang Xiaojun, escritor de este artículo, acude a Valencia (España) cada año a impartir conferencias y cursos de taijiquan, qigong y artes marciales, además de dar algunos consejos sobre cómo mantener la salud. Su sabiduría le ha llevado a dar clases también en Alemania, Italia, Rusia y Japón entre otros países. Esto demuestra que el taijiquan y el qigong, como representantesde las artes marciales, han despertado mucho interés en la sociedad y en el pueblo occidental. 1. El tàijíquán (太极拳) es un tipo de boxeo chino tradicional inspirado en el diagrama de la Polaridad Suprema que se caracteriza por su lentitud y movimientos suaves y ligeros. 2. El qìgōng (气功) es un sistema especial de ejercicios gimnásticos de concentración mental y control respiratorio cuyo objetivo es fomentar la calidad de la energía de la persona y fortalecer la salud 3. En medicina china los canales colaterales están considerados como una red de pasajes por donde circula la energía vital y en donde se distribuyen los puntos de acupuntura. [El artículo "Taijiquan, qigong y la vida sana de los ciudadanos contemporáneos" del Dr. Wang fue publicado en la Revista Instituto Confucio nº14] «CHI RUNNING: una nueva forma de correr basada en los principios del Taichi Chuan y el Chikung» Puedes encontrar más información sobre esta técnica en la web Chi Running (está en inglés) o en el libro "El Correr Chi: una aproximación revolucionaria a la carrera sin esfuerzo y sin lesiones", de Danny Dreyer y publicado por la editorial PAIDOTRIBO. El Chi Running es una nueva técnica que ofrece un planteamiento que promueve una técnica consciente y un Running más eficiente a través de los principios del Taichi y el Chikung. El Chi Running se centra en la integración de los músculos centrales del cuerpo y la mente para mejorar la satisfacción al correr. Antes de empezar, se necesita incidir en la técnica de carrera, marcar la respiración, una buena postura y un poco de forma física. «El Chi Running combina la concentración interna y el movimiento fluido del Taichi con la potencia y la energía del Running para dar como resultado una forma de correr más eficiente energéticamente», asegura Rebecca Smith, entrenadora de Chi Running. De esta forma, la combinación del Taichi y el Running, dos disciplinas aparentemente diferentes, tiene como objetivo hacer la carrera más consciente, disfrutando del proceso. Así, tomas consciencia de tu cuerpo y de todos tus movimientos, para canalizar mejor la energía y evitar lesiones. Correr con la técnica del Chi Running genera una mayor cercanía con el mundo de la meditación en movimiento, permitiendo ganar una mayor fortaleza mental; correr sin dolor puede ser posible, pero lo que está fuera de toda duda es que la mente es lo que termina marcando la diferencia. Esta técnica no creo que descubra nada nuevo, al menos a los practicantes de artes marciales: erguidos, centrados, alineamiento de la estructura corporal, apertura articular, relajación activa, respiración diafragmática, atención al dantian inferior, cambio de peso, equilibrio, adaptabilidad, eficiencia del movimiento, etc... Realmente porque los practicantes de artes marciales intentamos, de mejor o peor forma, (todo requiere entrenamiento, tiempo y constancia), llevar estos principios a cualquier actividad que realicemos en nuestra vida cotidiana. Sin embargo nunca está de más que se nos recuerden y se nos enseñe a aplicarlos. A muchos corredores les parecerá todo muy obvio; eso es buena señal. A otros me consta que no: salen a correr, muchas veces motivados únicamente por mejorar tiempos y con ánimo de competir y ser más rápidos que los demás, y sin tener presente su estructura corporal o su respiración cuando lo hacen. Mucha gente se centra más en la meta, cuando quizá lo realmente importante y placentero de correr sea observarse a sí mismo y disfrutar del recorrido. El Taichi y Chikung, por ejemplo, tiene también mucho de esto: disfrutar del movimiento, observarlo, ver qué sucede en cada instante, no querer llegar rápidamente a una postura sino gozar en el recorrido... A veces las lesiones, en cualquier deporte, vienen dadas a causa de estar más atentos a lo externo que a lo interno, a no observarse y escucharse a uno mismo. El cuerpo es sabio y, aunque no lo creamos, nos habla continuamente. Sobre el Chi Running se han realizado también investigaciones. Quizá el más significativo sea un estudio realizado por la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.), titulado «A Comparison of Lower Extremity Joint Work and Initial Loading Rates among Four Different Running Styles». La investigación, que compara cuatro técnicas parar correr, refleja que el estilo de correr que menos impacto causa en las extremidades inferiores, que menos “fuerza de frenado” desarrolla en la ejecución del ejercicio y en el que el trabajo excéntrico de la rodilla es menor, favoreciendo una disminución del impacto de aterrizaje y una reducción natural de las fuerzas de carga corporales, es el de Chi Running. Personalmente, como practicante de Taichi Chuan y Chikung que de vez cuando sale a correr, he de decir que aplicando y poniendo en práctica los principios del Chi Running se nota una notable diferencia. Altamente recomendable para quienes creen que deporte y salud deben ir cogidos siempre de la mano. El siguiente vídeo explica (en inglés) algunos de los principios de la técnica del Chi Running: Manuel Rodríguez Salvador
La práctica correcta del Taichi y el Chikung puede fortalecer el corazón e incrementar la cantidad de sangre bombeada por minuto, de modo que se pueda enviar más oxígeno a los tejidos y eliminar más productos de deshecho. También puede hacer descender el ritmo cardíaco en reposo, regular la presión arterial, aumentar la eficacia cardíaca, disminuir el colesterol LDL (el "malo") y aumentar la circulación capilar. Uno de los estudios que documentan el efecto del Chikung sobre la hipertensión y sus estados relacionados fue conducido por el Instituto de la Hipertensión de Shanghai. Los sujetos se dividieron aleatoriamente en un grupo de Chikung formado por 122 pacientes y un grupo de control con 120 no-practicantes. Ambos grupos tomaban medicamentos comunes para la hipertensión. Se hizo un seguimiento de los sujetos durante 30 años. Al final de dicho período, el 47,76% del grupo control había fallecido, mientras que sólo un 25,41% del grupo de Chikung murió durante ese tiempo. La incidencia de ataque cerebral del grupo control fue de un 40,83% y en el grupo de Chikung de un 20,49%. La incidencia de fallecimiento debida a un accidente vascular cerebral fue de un 0,50% en el grupo control, mientras que en el grupo de Chikung fue de un 15,57%. Estos datos son muy significativos: menos de una posibilidad entre cien. Finalmente se llegó a la conclusión de que el Chikung juega un papel importante en la mejora de la auto-regulación y disminución de los factores de riesgo cerebro-vascular. El protocolo básico y los resultados del estudio de Shanghai se repitieron, 6 años después, en la Universidad Xiamen de la provincia de Fujian, con 204 pacientes hipertensos. En estas investigaciones se observó que la combinación de Chikung y de medicinas para la hipertensión era un 19% más eficaz que tomar únicamente las medicinas hipotensoras. En esta investigación el grupo de Chikung también aprendió a reaccionar menos intensamente ante factores estresantes, manteniendo una presión sanguínea más estable; tras 6 meses de práctica, la sangre en el grupo de Chikung mostraba menos tendencia a formar coágulos sanguíneos anormales y contenía niveles altos de colesterol HDL (el "bueno"), lo que generalmente reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. Igualmente el Instituto de Investigación de la Medicina Tradicional China en Tianjin publicó en 1988 un informe referente a 639 casos de hipertensión primaria tratados con una combinación de Chikung y aparatos de biofeedback; la terapia combinada demostró ser eficaz en un 85,13% de los casos, la mayor parte de los pacientes redujeron su presión sanguínea de forma significativa y mejoró su salud en general, su salud mental y el sueño. Beneficios cardiovasculares similares se han descrito respecto al Taichi Chuan. Desde la Universidad de Medicina de Pekín se observó que los estudiantes de Taichi tienen una tensión sanguínea más baja, una mayor eficacia cardíaca y menos registros anormales en el electrocardiograma que el resto de grupos de control. Según un estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology, el Taichi es útil para proteger el corazón y fortalecer los músculos e los adultos mayores. Los responsables de este estudio observaron que quienes habían practicado Taichi tenían una circulación 44% mejor, lo que ayudaría reducir el riesgo de hipertensión, arteriosclerosis, infarto y ataque cerebral. Otro estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Harvard (EEUU), demuestra que la combinación de los movimientos circulares, la respiración, el equilibrio y la distribución del peso de los ejercicios de Taichi son beneficiosos para las personas con insuficiencia cardíaca. Asimismo, en este estudio los investigadores encontraron que las personas que practicaron Taichi mostraron también una mejoría en la calidad de vida, el humor y la capacidad de respuesta al ejercicio.
En una revisión de 26 estudios publicados en Preventive Cardiology (Spring 2008), el Dr. Yeh informó que en el 85% de los ensayos, el Taichi regula la presión sanguínea. Según un estudio publicado por el Periódico de la Sociedad Americana de Geriatría, la práctica del Taichi ayuda a reducir la tensión alta. Un estudio publicado en Archives of Physical Medicine and Rehabilitation revela que este el Taichi mejora la circulación sanguínea. En un estudio de la Universidad Nacional de Taiwán, en un año de práctica de Taichi mejoró significativamente la salud: disminución de la presión arterial, mejora de los niveles de colesterol HDL, triglicéridos, insulina y proteína C reactiva en personas con alto riesgo de enfermedad cardíaca. El estudio, que se publicó en 2008 en el Diario de Medicina Alternativa y Complementaria, no encontró mejoría en un grupo control que no llegó a practicar Taichi. Ya en 1968 algunos médicos occidentales, como el cardiólogo Louis Brinberg, recomendaban practicar Taichi Chuan como método de ejercicio suave y diario aconsejable para pacientes cardíacos. Muchos hospitales del planeta están demostrado una lentitud vergonzosa a la hora de seguir el consejo de éste y otros muchos científicos.... Referencia bibliográfica: COHEN, KENNETH S. (2004). “El Camino del Qigong: el arte y la ciencia de la curación energética china” (cap. 9). Ed. La Liebre de Marzo. El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) consiste en un rango de síntomas que incluyen cansancio físico y mental, dolor de cabeza, disturbios de sueño, dificultad en la concentración y dolor muscular entre otros. En el año 2002 se estimó que alrededor de 0.4% de la población de Reino Unido (lugar donde se realizó el presente estudio) sufría de SFC. Los tratamientos farmacológicos más comunes incluyen el uso de antidepresivos, inductores de sueño y pastillas para el dolor. Debido al alto nivel de reacciones adversas registrados en el uso de estos medicamentos, las terapias complementarias, incluyendo mesoterapia, meditación y osteopatía, son recomendadas para aliviar los síntomas de la enfermedad. La Medicina Tradicional China considera al SFC como un reflejo de la desarmonía y descenso de la energía del organismo con bloqueos, estancamientos y cambios en la circulación de la energía o Qi, que resultan en la enfermedad. La interrupción del flujo energético se manifiesta como dolor, fatiga y disturbios anímicos. El Chikung es una de las prácticas más completas que existen para mejorar y regular el estado energético del cuerpo, llegando a curar algunas enfermedades. LA INVESTIGACIÓN. PARTICIPANTES Y PROTOCOLOS El reclutamiento de voluntarios para la investigación se realizó a partir de médicos generalistas que trataban pacientes con la enfermedad. Estos pacientes fueron incluidos en la investigación luego de haberse comprobado los síntomas de SFC por un periodo mayor a tres meses. En total se reclutaron 18 participantes, todas de sexo femenino y de entre 25 y 55 años de edad. Catorce participantes concluyeron las prácticas requeridas por la investigación con más de un 90% de asistencia a clases. Estas participantes debieron asistir a una clase semanal de Chikung, donde aprendían una rutina de varios minutos llamada Tai Yi Shen Qi Gong, y luego se sentaban durante cinco minutos a meditar. Un maestro certificado de Chikung con 20 años de experiencia impartía las clases. Las practicantes repitieron la rutina durante 6 meses y les fue pedido asimismo practicar en su casa a diario. MEDICIONES Y RESULTADOS OBTENIDOS
Para las mediciones se establecieron como base previa de comparación ciertos parámetros controlados dos semanas previas al comienzo de la práctica de Chikung, tales como salud física (movilidad, equilibrio, dolor, etc.), salud mental (ansiedad, depresión, sensación de bienestar, etc.) y estado general de la persona (calidad de sueño, trabajo, estrés, sociabilidad, etc.). Luego se realizaron mediciones a los tres y seis meses de comenzado el estudio. A las participantes también se les solicitó llevar un registro de sueño según los criterios del Servicio de Salud Nacional del Reino Unido que consta de diversas variables como interrupción de sueño, tiempo total dormido, calidad del mismo, etc. En los resultados de las mediciones se comprobó que la utilización del Chikung como terapia para el SFC fue positiva. Se reportaron mejoras significativas en la vitalidad de las participantes, disminución en los problemas de sueño, mayor actividad social, sensación de bienestar y disminución de estrés. Los mayores cambios se vieron reflejados durante los primeros tres meses de práctica y luego se mantuvieron con leve ascenso durante los tres meses siguientes. CONCLUSIONES Las evidencias sugieren que tanto una simple sesión de Chikung como la práctica prolongada de la disciplina pueden producir cambios positivos en las características psicológicas y el sistema inmune de los practicantes. Este estudio piloto sugiere que la práctica regular de Chikung reduce el dolor y mejora la calidad de sueño, la vitalidad y funcionamiento físico de pacientes con SFC. Asumiendo que el Chikung sea un tratamiento potencial para los síntomas de esta enfermedad, los mecanismos de acción serían interesantes de estudiar. Estos mecanismos incluyen el incremento de oxígeno y disminución de dióxido de carbono en la sangre, que eliminaría sustancias generadoras de dolor y potenciaría la circulación de sustancias que calman el dolor como las endorfinas. Asimismo, los movimientos lentos del Chikung y la respiración calmada afectan al sistema muscular de manera positiva mejorando la tonicidad y elasticidad de los músculos. Por otro lado, el presente estudio posee varias limitaciones debido a que la muestra es demasiado pequeña y sólo constituida por mujeres. En resumen este estudio sugiere que el Chikung sí puede mejorar los síntomas del SFC luego de una práctica prolongada. A su vez el Chikung es un tratamiento sin efectos colaterales y cuyos beneficios van más allá de la enfermedad tratada. Es importante ampliar los estudios relacionados a este tema utilizando una muestra mayor de participantes para poder descartar el efecto placebo y realizar mediciones más concretas de los beneficios. Artículo original: “Qigong Ameliorates Symptoms of Chronic Fatigue: A Pilot Uncontrolled Study” (Evidence-based Complementary and Alternative Medicine. 2007. Oxford Journals). La semana pasada visitó El Hormiguero el neurólogo y fisiólogo valenciano Álvaro Pascual-Leone, profesor de neurología en la Harvard Medical School y una de las figuras más destacadas del panorama internacional en la investigación acerca de cómo funciona la plasticidad neuronal y cómo se puede aplicar la estimulación magnética transcraneal con finalidades terapéuticas. En el programa el Dr. Pascual-Leone habló de la Reserva Cerebral o Funcional, un concepto ligado a la Reserva Cognitiva que se refiere a la capacidad del cerebro de dedicar recursos a diferentes cosas a la vez de forma flexible. Entre otras cosas, afirmó que «la Reserva Cerebral o Funcional se puede mejorar haciendo Taichi». La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es un trastorno pulmonar que se caracteriza por la existencia de una obstrucción de las vías aéreas generalmente progresiva e irreversible. Se encuentra una mayor incidencia en personas expuestas al humo del tabaco y produce como síntoma principal una disminución de la capacidad respiratoria, que avanza lentamente con el paso de los años y ocasiona un deterioro considerable en la calidad de vida de las personas afectadas, pudiendo ocasionar una muerte prematura La prevalencia mundial de la EPOC oscila entre el 5 y el 10%. Ha aumentado en las últimas décadas y es más frecuente en hombres que en mujeres dada la mayor prevalencia de tabaquismo en los hombres, aunque esto se espera que cambie en las próximas décadas. En España se han realizado varios estudios epidemiológicos con base poblacional, obteniendo una prevalencia global de 9,1% (el 14,3% en hombres y el 3,9 %en mujeres). Según un estudio piloto realizado en 2010 y publicado en la revista Respiratory Care, la práctica del Taichi puede ser beneficiosa en pacientes con EPOC con intensidad de moderada a grave. Para esta investigación, se llamó aleatoriamente a 10 pacientes con EPOC, divdiéndolos en dos grupos: el primero recibió dos clases semanales de Taichi de una hora de duración durante 12 semanas, haciendo hincapié en el movimiento suave y relajado, la meditación y las técnicas de respiración; el segundo siguió el tratamiento habitual. También se llevaron a cabo entrevistas cualitativas a estos pacientes con respecto a su experiencia realizando Taichi. A las 12 semanas se observó en los pacientes que habían practicado Taichi una mejoría significativa en la puntuación del cuestionario respiratorio con respecto al grupo que no realizó Taichi. El estudio completo puede verse aquí. Asimismo, según una investigación del Hospital General Concord Repatriation junto con la Universidad de Sydney (Australia), practicar Taichi puede mejorar la capacidad y la calidad respiratoria en personas con EPOC. El estudio ha sido publicado en European Respiratory Journal.
Los investigadores dividieron para sus investigaciones a un grupo de 42 personas con EPOC: medio grupo recibió clases de Taichi dos veces por semana, así como práctica en su casa; la otra mitad del grupo realizó un seguimiento médico que no incluía ejercicio. Antes de esto, los investigadores probaron la capacidad de ejercicio de todos los participantes a través de un test de caminar y se les realizó el Chronic Respiratory Disease Questionnaire, que da una indicación de cómo la enfermedad afecta a su calidad de vida. Comparado con el grupo que había completado el tratamiento médico sin ejercicio, los participantes que practicaron Taichi caminaban mucho más que aquellos que no habían realizado ejercicio, además de mejorar su calidad de vida en general según el cuestionario, que se les realizó de nuevo posteriormente. La autora del estudio asegura que «en un tiempo en el que sólo aumentan las personas diagnosticadas con EPOC, es importante proporcionar otras opciones para practicar ejercicio a la medida de cada paciente. El Taichi puede ser una alternativa a los programas habituales de ejercicio para la rehabilitación pulmonar». Los resultados proporcionan evidencia convincente de que el Taichi es un programa de capacitación eficaz para los pacientes con EPOC, y se podría llegar a considerar como una alternativa a los programas de formación habituales de ejercicio que están disponibles en la rehabilitación pulmonar. La investigación está disponible en el European Respiratory Journal. La práctica correcta del Taichi y el Chikung aumenta el número y la capacidad de linfocitos T, aumenta los anticuerpos y el número y actividad de los glóbulos blancos. Asimismo, estimula y equilibra las secreciones endocrinas en todo el organismo, sobre todo en el eje pituitaria-suprarrenales, aumentando así la respuesta inmunitaria e incrementa la actividad de la médula ósea, que produce glóbulos blancos. Alguno podría pensar que esto no es más que palabrería barata o ciencia-ficción; sin embargo, cada vez hay más estudios e investigaciones que van demostrando los efectos beneficiosos del Taichi y el Chikung en la salud. Por ejemplo los estudios realizados por Wang J.M. y Xu H.F. (1984) y Hu Hai Chang (1989), demuestran que practicar Chikung aumentan las defensas de su organismo, potenciando el Sistema Inmunitario estimulando la producción de linfocitos T y B, tan necesarios para defendernos de las agresiones externas y de las enfermedades. También en una investigación del 2007 sobre los efectos del Taichi en el adulto mayor, investigadores de la Universidad de California descubrieron que practicar Taichi fortalecía al Sistema Inmunitario de sus practicantes a niveles comparables a los de haberse vacunado contra el virus de Varicela-Zoster. «Estos hallazgos son emocionantes porque los resultados positivos del estudio también tienen implicaciones para otras enfermedades infecciosas, como la gripe y la neumonía. Como los adultos mayores con frecuencia muestran respuestas protectoras reducidas a las vacunas, este estudio sugiere que el Taichi es un método que podría complementar y aumentar la eficacia de otras vacunas, como la de la gripe» (Dr. Michael Irwin, profesor de Psiquiatría e investigador del Instituto Semel de Neurociencia y Conducta Humana en la Facultad de Medicina de la Universidad de California) Me apetece compartir también un extracto del libro "El Camino del Qigong", KENNETH S. COHEN, bastante relacionado con lo anterior:
«El Qigong (Chikung) siempre ha sido considerado como un sistema de curación psicofísico que mejora el Sistema Inmunitario. Aunque el concepto "sistema inmunitario" es moderno, el término chino clásico "bu qi, bu xue" ("tonificar el qi y la sangre") tiene unas connotaciones muy similares. De acuerdo a la Medicina China, cuando el qi y la sangre son fuertes tenemos más capacidad para luchar contra las infecciones y las enfermedades. La prueba más incontestable del efecto potenciador de la inmunidad que tiene el Chikung se encuentra en la investigación del cáncer. En China, el Chikung se receta normalmente como adjunto a la quimioterapia y a la radiación. Se sabe que atenúa los efectos secundarios de estas terapias. El Chikung es recomendado con frecuencia como terapia primaria en casos de cáncer avanzado, inoperable y sin tratamiento médico. En estos casos, el Chikung puede aliviar el dolor y otros síntomas, así como hacer más lento el progreso de la enfermedad. En casos muy raros, la práctica del Chikung puede resultar en una remisión a largo plazo. (...) Un estudio clínico, dirigido por Sun Qizhi y Zhao Li en el Hospital Guang'an Men de Pekín comparó la eficacia de dos formas de terapia del cáncer: el tratamiento con medicamentos comunes comparado con las medicinas combinadas con la práctica del Chikung. (...) Observando los cambios en los síntomas, peso corporal e índices inmunológicos comunes, los investigadores hallaron resultados reveladores...». |
Manuel RodríguezEterno aprendiz... Archivos
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