La práctica correcta del Taichi y el Chikung aumenta el número y la capacidad de linfocitos T, aumenta los anticuerpos y el número y actividad de los glóbulos blancos. Asimismo, estimula y equilibra las secreciones endocrinas en todo el organismo, sobre todo en el eje pituitaria-suprarrenales, aumentando así la respuesta inmunitaria e incrementa la actividad de la médula ósea, que produce glóbulos blancos. Alguno podría pensar que esto no es más que palabrería barata o ciencia-ficción; sin embargo, cada vez hay más estudios e investigaciones que van demostrando los efectos beneficiosos del Taichi y el Chikung en la salud. Por ejemplo los estudios realizados por Wang J.M. y Xu H.F. (1984) y Hu Hai Chang (1989), demuestran que practicar Chikung aumentan las defensas de su organismo, potenciando el Sistema Inmunitario estimulando la producción de linfocitos T y B, tan necesarios para defendernos de las agresiones externas y de las enfermedades. También en una investigación del 2007 sobre los efectos del Taichi en el adulto mayor, investigadores de la Universidad de California descubrieron que practicar Taichi fortalecía al Sistema Inmunitario de sus practicantes a niveles comparables a los de haberse vacunado contra el virus de Varicela-Zoster. «Estos hallazgos son emocionantes porque los resultados positivos del estudio también tienen implicaciones para otras enfermedades infecciosas, como la gripe y la neumonía. Como los adultos mayores con frecuencia muestran respuestas protectoras reducidas a las vacunas, este estudio sugiere que el Taichi es un método que podría complementar y aumentar la eficacia de otras vacunas, como la de la gripe» (Dr. Michael Irwin, profesor de Psiquiatría e investigador del Instituto Semel de Neurociencia y Conducta Humana en la Facultad de Medicina de la Universidad de California) Me apetece compartir también un extracto del libro "El Camino del Qigong", KENNETH S. COHEN, bastante relacionado con lo anterior:
«El Qigong (Chikung) siempre ha sido considerado como un sistema de curación psicofísico que mejora el Sistema Inmunitario. Aunque el concepto "sistema inmunitario" es moderno, el término chino clásico "bu qi, bu xue" ("tonificar el qi y la sangre") tiene unas connotaciones muy similares. De acuerdo a la Medicina China, cuando el qi y la sangre son fuertes tenemos más capacidad para luchar contra las infecciones y las enfermedades. La prueba más incontestable del efecto potenciador de la inmunidad que tiene el Chikung se encuentra en la investigación del cáncer. En China, el Chikung se receta normalmente como adjunto a la quimioterapia y a la radiación. Se sabe que atenúa los efectos secundarios de estas terapias. El Chikung es recomendado con frecuencia como terapia primaria en casos de cáncer avanzado, inoperable y sin tratamiento médico. En estos casos, el Chikung puede aliviar el dolor y otros síntomas, así como hacer más lento el progreso de la enfermedad. En casos muy raros, la práctica del Chikung puede resultar en una remisión a largo plazo. (...) Un estudio clínico, dirigido por Sun Qizhi y Zhao Li en el Hospital Guang'an Men de Pekín comparó la eficacia de dos formas de terapia del cáncer: el tratamiento con medicamentos comunes comparado con las medicinas combinadas con la práctica del Chikung. (...) Observando los cambios en los síntomas, peso corporal e índices inmunológicos comunes, los investigadores hallaron resultados reveladores...».
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La "respiración de los dos mil días", conocida también como "respiración fresquito-calorcito", es la base del método de Peter Yang. Es un método natural que se practica cada día a la misma hora y en el mismo sitio durante dos mil días. La posición es sentado en una silla, o en el suelo sobre un cojín. A partir de la respiración fresquito-calorcito se sigue un camino que consta de seis etapas y que nos guiará de vuelta al origen. Al principio se cuentan las respiraciones: inspirar-espirar 1, inspirar-espirar 2, inspirar-espirar 3, y así sucesivamente, lo que permite darse cuenta que cada respiración es diferente de la anterior y de la siguiente, la atención se focaliza y no se pierde en cosas mundanas. La segunda etapa consiste en seguir y acompañar el aire de forma fina y sutil, la tercera en parar y controlar el aire, la cuarta en expandir y contemplar, la quinta volver a uno mismo con la respiración, y finalmente la última etapa consigue alcanzar el estado fetal para volver al punto de origen. Cuando el practicante experimenta las seis etapas, entonces está preparado para seguir el método de respiración de los dos mil días, que requiere un protocolo que se desarrolla durante siete ciclos. Cuando se ha completado el proceso, donde va la mente llega el aire, y donde llega el aire, llega la mente. Primer Ciclo − 100 días. 100 respiraciones diarias de fresquito-calorcito. − 100 días. 100 respiraciones diarias igualando la inspiración con la espiración. − 100 días. 100 respiraciones diarias tomando consciencia de la circulación y continuidad del aire. Segundo Ciclo − Dirigir la atención al Dan Tian o Centro Vital, para formar una bola de energía. − 100 días. 100 respiraciones diarias de fresquito-calorcito. − 100 días. 100 respiraciones diarias igualando la inspiración con la espiración. − 100 días. 100 respiraciones diarias tomando consciencia de la circulación y continuidad del aire. Tercer Ciclo − 300 días. Expandir la bola como si fuera un globo por todo el tronco (en tres fases). Cuarto Ciclo − 300 días. Expandir la bola como si fuera un globo a la cabeza y extremidades (en tres fases). Quinto Ciclo − 300 días. Expandir la bola hasta los poros de la piel. A partir de los 1500 días de práctica la bola empieza a dominar la respiración. La mente solo acompaña el aire puro y entonces se confunde con el espíritu. Sexto Ciclo − 100 días. Circulo Menor en la columna. − 100 días. Circulo Mayor de la cabeza a los pies. − 100 días. Circulo transversal en la cintura. Séptimo Ciclo − 100 días. Expandir el círculo a toda la habitación. − 100 días. Expandir el círculo a 5 kilómetros. La práctica incrementa la energía vital y reduce el número de respiraciones completas. Lo importante del método es sentir, disfrutar, estar atento, nunca forzar o insistir para conseguir. No es un llegar sino un disfrutar del camino. La vida depende del movimiento del corazón y es a través de la respiración que se puede controlar el corazón. No se puede retener lo que no es tuyo. Cuando consigues distanciarte de la respiración, disfrutas al observar lo que sucede en el cuerpo, los movimientos, la respiración, las sensaciones de calor o frío, los bloqueos, los puntos donde se acumula más energía vital. Te dejas llevar por el ciclo respiratorio, su vaivén y las sensaciones de libertad que genera. El espacio entre la inspiración y la espiración es donde triunfa la no acción y las sensaciones son más plenas y extensas. La libertad de no acción aporta plenitud y claridad. «La clave está en tomar consciencia del aire que se respira. Es muy fácil, solo hay que sentir el aire fresco, “fresquito”, que se inspira y el aire cálido, “calentito”, que se espira por la nariz. Es como una ventana abierta, siempre hay un contraste entre la temperatura del cuerpo y la del medio ambiente. Al principio cuesta sentirla porque la mente está dispersa. Hay que prestar atención a la respiración, especialmente en la zona del entrecejo, pero sin tensión, hay que absorber pero sin distraerse, contemplar con los cincos sentidos y realizar el movimiento respiratorio sin esfuerzo. Habitualmente se practica durante media hora al día. Al cabo de varias semanas se puede observar que hay un número de respiraciones que se repite o se asemeja, por lo que se convierte en la graduación de un termómetro que mide el estado de tranquilidad, si la cantidad aumenta hay ansiedad y si disminuye indica que se está en calma. La práctica constante de la respiración fresquito-calorcito produce cambios en el practicante. Se consiguen estados de conciencia alterada que nadie ha imaginado.» (Peter Yang) «El aliento ha de adentrarse en nosotros como si de piedras preciosas se tratase, sin que quede un sólo rincón a donde no puede llegar» (Proverbio chino) La práctica correcta del Taichi Chuan y el Chikung se compone de tres procesos de regulación (三调 - Sān Tiáo), en los que cuerpo, respiración y mente interaccionan entre sí buscando una armonía entre ellos. Este artículo se centrará en la Regulación de la Respiración (调吸 - Tiáo Xī). El proceso de la respiración es uno de los grandes milagros de la existencia. Respirar es vivir. La respiración es una cadena que une y conecta todos los acontecimientos de nuestra vida, desde el principio (el nacimiento) hasta el final (la muerte). La mayor parte del tiempo no estamos en contacto con ella pero, aunque olvidada, la respiración está siempre ahí, fluyendo de forma continua como el agua de un río. Una buena respiración es necesaria para gozar de buena salud física y emocional. El aire es una de las fuentes fundamentales de Qì[1] del cuerpo; mejorar nuestra respiración nos lleva a mejorar nuestro Qì. Los altos niveles de estrés en nuestra sociedad, determinados tipos de vida, el ritmo acelerado o la falta de ejercicio crean una tendencia a respirar rápidamente y de forma superficial, llevando cada vez más a un tipo de respiración incompleta, principalmente torácica, que al concentrar la energía únicamente en la parte alta del cuerpo facilita el aumento del estrés y las tensiones musculares y provoca que el oxígeno se distribuya de manera desigual por las distintas partes del organismo. Cuando el cuerpo se relaja, el corazón late con más lentitud y regularidad, la mente se aquieta y el ritmo respiratorio desciende; siendo éste de unas 16 respiraciones por minuto (rpm) de media en los adultos, se sabe que aquellas personas que habitualmente realizan algún trabajo relacionado con conciencia respiratoria y corporal suelen tener unas 10 rpm aproximadamente, llegando en muchos casos, y si la persona respira correctamente y está mental y físicamente relajada, a las 5 rpm. Esto garantiza una aportación adecuada de oxígeno a cada rincón de nuestro cuerpo y puede ayudar a alargar y mejorar la calidad de vida. Dicen los chinos que «con cada ciclo respiratorio se va un poco de vida». Desde el punto de vista de la Filosofía Taoísta y la Medicina Tradicional China (ambas íntimamente relacionadas con el Taichi y el Chikung), la respiración representa un elemento nutritivo más importante aún que el obtenido de los alimentos. De hecho podemos vivir más de un mes sin alimento, alrededor de una o dos semanas sin agua, pero sin aire moriríamos en pocos minutos. Muy poca gente hoy en día presta la debida atención a la respiración como un medio para mantener la energía y la buena salud. Existen multitud de disciplinas milenarias que enseñan a tomar conciencia de nuestra respiración y regularla. En Taichi y Chikung, excelentes instrumentos para aprender a hacerlo correctamente, los movimientos corporales siguen el ritmo respiratorio, haciendo que, con la práctica, los pulmones adquieran mayor capacidad y la respiración se vuelva más profunda y lenta, descendiendo así la velocidad de los movimientos, consiguiendo calma mental y recuperando energía. La propia palabra «Chikung» (氣功 - Qì Gōng), que significa «trabajo de la energía vital», se ha traducido muchas veces como «ejercicios respiratorios». Antiguamente en China este arte era también conocido como «exhalar lo viejo y absorber lo nuevo» (吐故纳新 - tǔ gù nà xīn), que parece una descripción del intercambio de gases que se da durante el proceso respiratorio. Para aprender a respirar correctamente, en un primer momento hemos de conocer y observar (观 - Guān) nuestro propio proceso respiratorio; la observación de la respiración es, en sí misma, un ejercicio de Chikung. El simple acto de observar la respiración la puede comenzar a cambiar. Para hacer este “autoexamen” podemos hacernos las siguientes preguntas: «¿cómo noto mi respiración? ¿Es suave o agitada, profunda o superficial, limpia o turbia, ligera o pesada, silenciosa o ruidosa, cómoda o difícil? ¿Dónde respiro? ¿Cómo entra y sale el aire? ¿Puedo sentir cómo pasa por las fosas nasales, tráquea, dentro y fuera de los bronquios y pulmones? ¿Respiro por la nariz, la boca o ambas? ¿Siento la respiración circulando por pecho, espalda, abdomen u otra parte del cuerpo? ¿Qué partes de mi cuerpo se mueven con la inspiración y con la espiración? ¿Qué ritmo respiratorio llevo? ¿Cuántas veces respiro por minuto?». Es importante llevar a cabo esta observación sin juzgar o criticar. Con la práctica, una respiración normal puede llegar a ser también una Respiración Natural (顺呼吸 - shùn hūxī). En el Taichi y el Chikung usamos normalmente la llamada Respiración Abdominal (腹式呼吸 - fùshì hūxī), en la que se moviliza el diafragma torácico, el abdomen, la zona lumbar y renal y las costillas bajas. Este método conserva la energía, fortalece y tonifica los músculos abdominales, masajea los órganos internos y crea condiciones más favorables para la absorción del oxígeno y la liberación del dióxido de carbono. Los rayos X han demostrado que los practicantes de estas disciplinas mueven su diafragma de manera tres o cuatro veces más amplia que la mayor parte de las personas, indicando que están respirando de forma más plena. Cuando en la I Conferencia Mundial para el Intercambio Académico de Chikung Médico (Pekín, 1988) se estudió a practicantes de Chikung experimentados mediante una pantalla fluoroscópica mientras practicaban Zhàn Zhuāng[2], se comprobó que el movimiento de su diafragma aumentó de manera significativa mientras que su frecuencia respiratoria disminuyó. Existen dos modalidades de respiración abdominal. En primer lugar tenemos la Respiración Abdominal Normal (顺腹式呼吸 - shùn fùshì hūxī), llamada también Respiración Natural. De hecho la palabra china «shùn» (顺) nos da una pista, pues significa «que fluye, que va a favor de la corriente de la naturaleza». Al inspirar, el diafragma se contrae y desciende, expandiendo el abdomen, la zona lumbar y la renal, lo que hace que el volumen de los pulmones aumente; durante la espiración el diafragma se relaja y asciende, mientras que el abdomen, la zona lumbar y renal se retraen de forma natural y el aire es empujado hacia el exterior. La mayor parte del movimiento de la respiración está en el abdomen pero se expande sutilmente por la cavidad pectoral; de hecho, respirando correctamente, sin bloqueos y trabajando la conciencia corporal y respiratoria, podríamos notar que la inspiración se expande por todo nuestro cuerpo, llegando al vértice de la cabeza (百会 - Bǎi Huì)[3] y a la planta de los pies (涌泉 - Yǒng Quán)[4]. Este tipo de respiración provoca la regulación del ritmo respiratorio y aumenta el volumen de ventilación pulmonar, lo que lleva, a su vez, a otros beneficios, como relajar toda la musculatura (tanto la superficial como la profunda), constituye una forma de masaje de los órganos internos, permite abrir los canales de Qì, reduce la ansiedad y el estrés, desarrolla la fuerza interna y hace que los vasos sanguíneos más finos, los capilares, se relajen y dilaten sutilmente con un mayor flujo de sangre, oxígeno y Qì. Por otra parte, en determinadas ocasiones se utiliza la Respiración Abdominal Invertida (逆腹式呼吸 - nì fùshì hūxī). Al inspirar el diafragma desciende lo máximo posible, el abdomen se contrae mientras la cavidad torácica se expande ligeramente y se contrae el periné, expandiéndose únicamente la zona lumbar y renal; durante la espiración el diafragma se relaja subiendo, el abdomen se distiende sutilmente, el pecho se cierra con naturalidad y la zona lumbar, renal y el periné se relajan y expanden de forma natural. Este tipo de respiración se usa en determinados ejercicios y movimientos como método para estimular el Qì y adquirir más control sobre los músculos respiratorios; en el estilo Chen de Taichi Chuan, por ejemplo, la Respiración Invertida se usa como método para desarrollar la potencia en puñetazos, patadas, sacudidas... Los pronunciados cambios de presión entre abdomen y pecho causados por este tipo de respiración aumentan notablemente el aflujo y el repliegue de la sangre y favorecen el efecto de bombeo del diafragma sobre la circulación venosa. Estos cambios de presión también dan masaje a los órganos internos y glándulas, aumentan la secreción de jugos gástricos y estimulan la peristalsis. No obstante, debe aclararse que una respiración sana implica que ésta se adapte y responda a las necesidades del cuerpo: no se respira igual estando tumbados en la cama que meditando, comiendo o corriendo. Por otra parte, muchas veces se relaciona erróneamente respiración profunda con respiración sana; no es lo mismo, ya que el aporte de oxígeno a cada célula de nuestro cuerpo depende más de la calidad de la respiración que de la cantidad de aire forzado a entrar en los pulmones en cada ciclo respiratorio. Por ello, debemos aprender a escucharnos y permitir que haya respuestas naturales de nuestro cuerpo a cada actividad. En Taichi y Chikung se dice que, salvo excepciones muy concretas, la respiración debe tener las siguientes cualidades:
Es destacable también, en estas disciplinas, la relación entre postura corporal, respiración y emociones. La respiración influye y se une a los procesos mentales, físicos y emocionales que se superponen e imbrican unos con otros sin que sea posible la separación. Cada emoción tiene un patrón respiratorio diferente: las emociones “negativas” (el miedo, la ansiedad, la depresión, la frustración, etc.) suelen tener un patrón respiratorio corto, entrecortado, es decir, respiramos poca cantidad de aire y sobre todo con la parte alta de los pulmones, nuestra espalda se encorva, nuestro pecho se hunde excesivamente, miramos hacia el suelo...; las emociones positivas (la alegría, el amor, la felicidad, etc.) tienen una respiración mucho más amplia, es decir, mayor aporte de oxígeno para nuestro cuerpo, lo que se ve también en una postura corporal más erguida, la mirada más viva, una sonrisa en el rostro… Existen numerosas pruebas experimentales que demuestran que la capacidad pulmonar de los practicantes de Taichi y Chikung suele ser mayor que la media, como los estudios del Hospital de la Amistad Sino-Japonesa de Pekín. Otros beneficios que aportan estas disciplinas a la respiración también fueron señalados en las observaciones clínicas que realizaron conjuntamente el Instituto de Investigación de Medicina Tradicional y el Hospital de Cirugía Torácica de Tianjin (China), en las que los investigadores midieron los efectos de un curso de Chikung de tres meses de duración combinado con una terapia con medicamentos comunes en pacientes que sufrían enfermedades respiratorias crónicas como bronquitis crónica, asma, enfisema y cor pulmonale; cuando se comparó con otro grupo que solamente había tomado medicamentos se comprobó que la terapia combinada era más eficaz en el alivio de los síntomas y en la mejora del estado general como, por ejemplo, apetito, sueño y energía. Hay muchas más investigaciones relacionadas con enfermedades respiratorias crónicas, como el asma, en las que más del 80% de los pacientes mostraron claras mejorías, evidenciadas por una menor frecuencia, severidad y duración de los ataques (desapareciendo estos en muchos casos), menor utilización de medicamentos y una mayor capacidad para trabajos físicos. En el Hospital Nº6 de Shanghai, por ejemplo, se ha estado utilizando la práctica del Chikung desde 1956 como tratamiento primario en el asma bronquial con estupendos resultados. Otra investigación, en este caso del Departamento de Medicina del Hospital Ramathibodi de Tailandia, concluyó que los enfermos de asma pueden tener un mejor control de su respiración y mejorar su rendimiento deportivo gracias al Taichi. También hay estudios relacionados con la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC): un estudio piloto realizado en 2010 y publicado en la revista Respiratory Care afirma que la práctica del Taichi puede ser beneficiosa en pacientes con EPOC con intensidad de moderada a grave; asimismo, según una investigación del Hospital General Concord Repatriation junto con la Universidad de Sydney (Australia) y publicada en European Respiratory Journal, practicar Taichi puede mejorar la capacidad y la calidad respiratoria en personas con EPOC. Con la práctica podemos hacernos cada vez más conscientes de nuestra respiración, experimentar las sensaciones que nos produce y usarla para afrontar distintos aspectos de nuestro día a día. Una vez que el cuerpo experimenta el placer de respirar de manera sana y relajada, ésta se va integrando poco a poco de forma natural. Gracias a la regulación de la respiración a través del Taichi y el Chikung podemos beneficiar nuestra salud en general, mejoraremos el funcionamiento y la eficiencia de nuestros órganos internos, seremos capaces de equilibrar nuestras emociones y podremos descubrir nuevas vías de crecimiento personal y espiritual. Decía Peter Yang (1921 - 2014), uno de los pioneros en la enseñanza del Taichi y el Chikung en nuestro país: «Debemos orar respirando y respirar orando. La vida es aire: si no notas el aire, no notarás la vida». Manuel Rodríguez Salvador [1] El Qì (pronunciado "chi”) es un principio activo que forma parte de todo ser vivo y que se podría traducir como "flujo vital de energía".
[2] “Poste Erguido”. Es una postura de Chikung estático consistente en permanecer en una postura fija durante un tiempo determinado para desarrollar cualidades como relajación activa, resistencia y fortaleza física, paciencia, respiración, control de los ejes corporales, etc. [3] Reunión de Cien (20VG). Punto de acupuntura fundamental en Chikung situado en el vértice de la cabeza. Calma el espíritu y abre la conexión con la energía del cielo (yang). [4] Manantial Burbujeante (1R). Punto de acupuntura fundamental en Chikung ubicado en la parte central y anterior de la planta del pie. Es una de las Cuatro Puertas y permite la conexión con la energía de la tierra (yin). Referencias bibliográficas - CASTELLANOS OLIVARES, FÉLIX. “Instrucciones tradicionales para Tàijí Quán y Qì Gōng”. Escuela Tantien (http://www.escuelatantien.com) - COHEN, KENNETH S. (2004). “El Camino del Qigong: el arte y la ciencia de la curación energética china” (cap. 9). Ed. La Liebre de Marzo. - LEWIS, DENNIS (1998). “El Tao de la Respiración Natural: el poder transformador de la respiración natural”. Ed. Gaia. Hoy es el Día Internacional de la Fibromialgia, una enfermedad crónica caracterizada por dolores musculo-esqueléticos generalizado, con una exagerada hipersensibilidad en determinados puntos del cuerpo y muchas veces acompañada de más afecciones crónicas relacionadas con el dolor. El índice de población mundial que padece fibromialgia se sitúa entre el 3% y el 6% de la población mundial, la mayoría mujeres. Fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud en el año 1992. Desde entonces, cada 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Fibromialgia. Se han realizado múltiples estudios que relacionan la práctica correcta del Taichi y el Chikung con la reducción del dolor que sienten las personas con fibromialgia. Según un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Tufts de Boston (EE.UU.) y publicado en "New England Journal of Medicine", «los movimientos lentos y fluidos del Taichi combaten mejor el dolor y otros síntomas de la fibromialgia que otros ejercicios convencionales de estiramiento». En este estudio, un total de 33 voluntarios recibieron durante 3 meses clases de Taichi, mientras que otro grupo de 33 voluntarios recibió clases de estiramientos similares a los que cualquier individuo puede realizar al despertarse por las mañanas. Los investigadores dieron a ambos grupos un cuestionario que recogía la información sobre el dolor físico, la tensión mental y la calidad de vida en general, y que regularmente era evaluado por médicos. Después de 12 semanas, se les dio el mismo cuestionario y se encontró que el grupo de Taichi experimentó significativas mejorías. A las 24 semanas, nuevamente les dieron el cuestionario y se observó que se habían mantenido los resultados positivos del grupo de Taichi. Además, una tercera parte de este grupo dejó de usar sus medicamentos, en comparación con una sexta parte del grupo de control. Los datos de otro estudio, impulsado por el Servicio de Rehabilitación del Hospital San Agustín de Avilés (España), mostraron que más de la mitad de los pacientes notaron mejoría con la práctica de Taichi. Una vez finalizado el estudio, son pocos los que continuaron realizando este tipo de ejercicio; los que siguieron con la práctica mejoraron su estado de salud, mientras que el avance en las personas que no continuaron practicando fue mínimo. También el "American Journal of Physical Medicine & Rehabilitation" publicó que, en el Hospital Spaulding-Wellesley de Rehabilitación de Massachussets (EE.UU.), como parte de un programa multidisciplinario de rehabilitación para pacientes con fibromialgia, se incluyó la práctica regular de Taichi. El estudio duró 8 semanas y lo que se observó fue que mejoró la función global mediante la utilización de algunos ejercicios de bajo impacto de esta disciplina: los pacientes mejoraron el rango de movimientos libre de dolor a nivel de la columna cervical y lumbar, tanto en la rotación como en la inclinación lateral, y recuperaron flexibilidad en toda la columna. Una de las conclusiones a las que se llegó es que los pacientes con fibromialgia responden favorablemente a ejercicios de bajo impacto o suaves, como el Taichi, el Yoga, la relajación o algunos estiramientos. El objetivo de otro estudio, publicado en la revista International Journal of Sports Medicine, fue determinar los cambios provocados por un programa de Taichi, de 12 y 24 semanas de duración, en el dolor agudo en pacientes con fibromialgia. Un total de 36 pacientes con fibromialgia participaron en un programa de Taichi de intensidad baja-moderada durante 12 semanas y 28 pacientes siguieron el programa durante 12 semanas adicionales (es decir, 24 semanas). Se evaluó el dolor mediante una escala analógica visual (EAV), antes y después de cada sesión única (72 sesiones en total). Los investigadores observaron cambios inmediatos significativos, con una disminución media de aproximadamente el 12% del dolor agudo en la comparación de los valores de la EVA antes y después de cada sesión, con la excepción de 4 sesiones (de las 72). Observaron cambios significativos en el dolor acumulado antes de la sesión y en el dolor acumulado después de cada una sólo a lo largo de las 24 semanas de la intervención. En conclusión, un programa de Taichi a una intensidad baja-moderada durante 12 semanas disminuyó los niveles de dolor agudo en pacientes con fibromialgia. Taggart, Arslanian y Singh publicaron otro estudio en el año 2003 sobre los beneficios de hacer Taichi para pacientes con fibromialgia. En este estudio se pidió a 37 adultos con esta enfermedad que participaran de manera voluntaria en un programa de 6 semanas de clases de Taichi. Los resultados demostraron importantes beneficios con la práctica de este arte marcial, con importantes mejorías en la sensación de bienestar en general y disminución importante de los dolores, la fatiga, el cansancio, la rigidez, la ansiedad y la depresión. También investigadores de la Universidad de Dalhousie en Halifax (Nueva Escocia) inscribieron a 100 pacientes con fibromialgia en un estudio de 6 meses. Los pacientes habían intentado una variedad de métodos para controlar el dolor y otros síntomas, incluyendo los medicamentos, la acupuntura, la quiropráctica y el masaje. A los pacientes se les enseñó una tabla de movimientos de Chikung, teniendo sesiones de 1 hora de práctica a la semana durante 2 meses; luego se les pidió realizar los ejercicios en casa 60 minutos al día durante 6 meses. «Los resultados presentados en este estudio indican que la práctica del Chikung produce efectos beneficiosos a largo plazo en la fibromialgia en varios campos y puede ser un complemento útil en el tratamiento de la fibromialgia», escribió la autora principal Jana Sawynok, PhD, de la Universidad de Dalhousie. El estudio se ha publicado on-line en Arthritis Research & Therapy. Finalmente, el jefe del Servicio de Reumatología del Instituto Cardiológico de México, Manuel Martínez Lavín (una de las mayores autoridades mundiales en la enfermedad de la fibromialgia), durante el XXXI Congreso de la Sociedad Española de Reumatología que se celebró en Las Palmas de Gran Canarias, aseguró que dada la relación entre esta enfermedad y el estrés, los esfuerzos deben estar orientados a activar, sobre todo, el Sistema Nervioso Parasimpático, para lo que recomendó específicamente técnicas orientales como el Taichi, el Chikung y similares. Existen muchos más estudios, esto es sólo una breve resumen de algunos de ellos. Todos ellos suelen coincidir en que el Taichi y el Chikung pueden ser beneficiosos para los enfermos de fibromialgia porque no supone «ni mucho ni poco esfuerzo, sino el justo». Y es esto, precisamente, una de las mayores características de estas disciplinas: Fàng Sōng, Relajación Activa, el esfuerzo mínimo necesario para cada actividad. ¿A qué estás esperando para ponerte a practicar?
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Manuel RodríguezEterno aprendiz... Archivos
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