«El aliento ha de adentrarse en nosotros como si de piedras preciosas se tratase, sin que quede un sólo rincón a donde no puede llegar» (Proverbio chino) La práctica correcta del Taichi Chuan y el Chikung se compone de tres procesos de regulación (三调 - Sān Tiáo), en los que cuerpo, respiración y mente interaccionan entre sí buscando una armonía entre ellos. Este artículo se centrará en la Regulación de la Respiración (调吸 - Tiáo Xī). El proceso de la respiración es uno de los grandes milagros de la existencia. Respirar es vivir. La respiración es una cadena que une y conecta todos los acontecimientos de nuestra vida, desde el principio (el nacimiento) hasta el final (la muerte). La mayor parte del tiempo no estamos en contacto con ella pero, aunque olvidada, la respiración está siempre ahí, fluyendo de forma continua como el agua de un río. Una buena respiración es necesaria para gozar de buena salud física y emocional. El aire es una de las fuentes fundamentales de Qì[1] del cuerpo; mejorar nuestra respiración nos lleva a mejorar nuestro Qì. Los altos niveles de estrés en nuestra sociedad, determinados tipos de vida, el ritmo acelerado o la falta de ejercicio crean una tendencia a respirar rápidamente y de forma superficial, llevando cada vez más a un tipo de respiración incompleta, principalmente torácica, que al concentrar la energía únicamente en la parte alta del cuerpo facilita el aumento del estrés y las tensiones musculares y provoca que el oxígeno se distribuya de manera desigual por las distintas partes del organismo. Cuando el cuerpo se relaja, el corazón late con más lentitud y regularidad, la mente se aquieta y el ritmo respiratorio desciende; siendo éste de unas 16 respiraciones por minuto (rpm) de media en los adultos, se sabe que aquellas personas que habitualmente realizan algún trabajo relacionado con conciencia respiratoria y corporal suelen tener unas 10 rpm aproximadamente, llegando en muchos casos, y si la persona respira correctamente y está mental y físicamente relajada, a las 5 rpm. Esto garantiza una aportación adecuada de oxígeno a cada rincón de nuestro cuerpo y puede ayudar a alargar y mejorar la calidad de vida. Dicen los chinos que «con cada ciclo respiratorio se va un poco de vida». Desde el punto de vista de la Filosofía Taoísta y la Medicina Tradicional China (ambas íntimamente relacionadas con el Taichi y el Chikung), la respiración representa un elemento nutritivo más importante aún que el obtenido de los alimentos. De hecho podemos vivir más de un mes sin alimento, alrededor de una o dos semanas sin agua, pero sin aire moriríamos en pocos minutos. Muy poca gente hoy en día presta la debida atención a la respiración como un medio para mantener la energía y la buena salud. Existen multitud de disciplinas milenarias que enseñan a tomar conciencia de nuestra respiración y regularla. En Taichi y Chikung, excelentes instrumentos para aprender a hacerlo correctamente, los movimientos corporales siguen el ritmo respiratorio, haciendo que, con la práctica, los pulmones adquieran mayor capacidad y la respiración se vuelva más profunda y lenta, descendiendo así la velocidad de los movimientos, consiguiendo calma mental y recuperando energía. La propia palabra «Chikung» (氣功 - Qì Gōng), que significa «trabajo de la energía vital», se ha traducido muchas veces como «ejercicios respiratorios». Antiguamente en China este arte era también conocido como «exhalar lo viejo y absorber lo nuevo» (吐故纳新 - tǔ gù nà xīn), que parece una descripción del intercambio de gases que se da durante el proceso respiratorio. Para aprender a respirar correctamente, en un primer momento hemos de conocer y observar (观 - Guān) nuestro propio proceso respiratorio; la observación de la respiración es, en sí misma, un ejercicio de Chikung. El simple acto de observar la respiración la puede comenzar a cambiar. Para hacer este “autoexamen” podemos hacernos las siguientes preguntas: «¿cómo noto mi respiración? ¿Es suave o agitada, profunda o superficial, limpia o turbia, ligera o pesada, silenciosa o ruidosa, cómoda o difícil? ¿Dónde respiro? ¿Cómo entra y sale el aire? ¿Puedo sentir cómo pasa por las fosas nasales, tráquea, dentro y fuera de los bronquios y pulmones? ¿Respiro por la nariz, la boca o ambas? ¿Siento la respiración circulando por pecho, espalda, abdomen u otra parte del cuerpo? ¿Qué partes de mi cuerpo se mueven con la inspiración y con la espiración? ¿Qué ritmo respiratorio llevo? ¿Cuántas veces respiro por minuto?». Es importante llevar a cabo esta observación sin juzgar o criticar. Con la práctica, una respiración normal puede llegar a ser también una Respiración Natural (顺呼吸 - shùn hūxī). En el Taichi y el Chikung usamos normalmente la llamada Respiración Abdominal (腹式呼吸 - fùshì hūxī), en la que se moviliza el diafragma torácico, el abdomen, la zona lumbar y renal y las costillas bajas. Este método conserva la energía, fortalece y tonifica los músculos abdominales, masajea los órganos internos y crea condiciones más favorables para la absorción del oxígeno y la liberación del dióxido de carbono. Los rayos X han demostrado que los practicantes de estas disciplinas mueven su diafragma de manera tres o cuatro veces más amplia que la mayor parte de las personas, indicando que están respirando de forma más plena. Cuando en la I Conferencia Mundial para el Intercambio Académico de Chikung Médico (Pekín, 1988) se estudió a practicantes de Chikung experimentados mediante una pantalla fluoroscópica mientras practicaban Zhàn Zhuāng[2], se comprobó que el movimiento de su diafragma aumentó de manera significativa mientras que su frecuencia respiratoria disminuyó. Existen dos modalidades de respiración abdominal. En primer lugar tenemos la Respiración Abdominal Normal (顺腹式呼吸 - shùn fùshì hūxī), llamada también Respiración Natural. De hecho la palabra china «shùn» (顺) nos da una pista, pues significa «que fluye, que va a favor de la corriente de la naturaleza». Al inspirar, el diafragma se contrae y desciende, expandiendo el abdomen, la zona lumbar y la renal, lo que hace que el volumen de los pulmones aumente; durante la espiración el diafragma se relaja y asciende, mientras que el abdomen, la zona lumbar y renal se retraen de forma natural y el aire es empujado hacia el exterior. La mayor parte del movimiento de la respiración está en el abdomen pero se expande sutilmente por la cavidad pectoral; de hecho, respirando correctamente, sin bloqueos y trabajando la conciencia corporal y respiratoria, podríamos notar que la inspiración se expande por todo nuestro cuerpo, llegando al vértice de la cabeza (百会 - Bǎi Huì)[3] y a la planta de los pies (涌泉 - Yǒng Quán)[4]. Este tipo de respiración provoca la regulación del ritmo respiratorio y aumenta el volumen de ventilación pulmonar, lo que lleva, a su vez, a otros beneficios, como relajar toda la musculatura (tanto la superficial como la profunda), constituye una forma de masaje de los órganos internos, permite abrir los canales de Qì, reduce la ansiedad y el estrés, desarrolla la fuerza interna y hace que los vasos sanguíneos más finos, los capilares, se relajen y dilaten sutilmente con un mayor flujo de sangre, oxígeno y Qì. Por otra parte, en determinadas ocasiones se utiliza la Respiración Abdominal Invertida (逆腹式呼吸 - nì fùshì hūxī). Al inspirar el diafragma desciende lo máximo posible, el abdomen se contrae mientras la cavidad torácica se expande ligeramente y se contrae el periné, expandiéndose únicamente la zona lumbar y renal; durante la espiración el diafragma se relaja subiendo, el abdomen se distiende sutilmente, el pecho se cierra con naturalidad y la zona lumbar, renal y el periné se relajan y expanden de forma natural. Este tipo de respiración se usa en determinados ejercicios y movimientos como método para estimular el Qì y adquirir más control sobre los músculos respiratorios; en el estilo Chen de Taichi Chuan, por ejemplo, la Respiración Invertida se usa como método para desarrollar la potencia en puñetazos, patadas, sacudidas... Los pronunciados cambios de presión entre abdomen y pecho causados por este tipo de respiración aumentan notablemente el aflujo y el repliegue de la sangre y favorecen el efecto de bombeo del diafragma sobre la circulación venosa. Estos cambios de presión también dan masaje a los órganos internos y glándulas, aumentan la secreción de jugos gástricos y estimulan la peristalsis. No obstante, debe aclararse que una respiración sana implica que ésta se adapte y responda a las necesidades del cuerpo: no se respira igual estando tumbados en la cama que meditando, comiendo o corriendo. Por otra parte, muchas veces se relaciona erróneamente respiración profunda con respiración sana; no es lo mismo, ya que el aporte de oxígeno a cada célula de nuestro cuerpo depende más de la calidad de la respiración que de la cantidad de aire forzado a entrar en los pulmones en cada ciclo respiratorio. Por ello, debemos aprender a escucharnos y permitir que haya respuestas naturales de nuestro cuerpo a cada actividad. En Taichi y Chikung se dice que, salvo excepciones muy concretas, la respiración debe tener las siguientes cualidades:
Es destacable también, en estas disciplinas, la relación entre postura corporal, respiración y emociones. La respiración influye y se une a los procesos mentales, físicos y emocionales que se superponen e imbrican unos con otros sin que sea posible la separación. Cada emoción tiene un patrón respiratorio diferente: las emociones “negativas” (el miedo, la ansiedad, la depresión, la frustración, etc.) suelen tener un patrón respiratorio corto, entrecortado, es decir, respiramos poca cantidad de aire y sobre todo con la parte alta de los pulmones, nuestra espalda se encorva, nuestro pecho se hunde excesivamente, miramos hacia el suelo...; las emociones positivas (la alegría, el amor, la felicidad, etc.) tienen una respiración mucho más amplia, es decir, mayor aporte de oxígeno para nuestro cuerpo, lo que se ve también en una postura corporal más erguida, la mirada más viva, una sonrisa en el rostro… Existen numerosas pruebas experimentales que demuestran que la capacidad pulmonar de los practicantes de Taichi y Chikung suele ser mayor que la media, como los estudios del Hospital de la Amistad Sino-Japonesa de Pekín. Otros beneficios que aportan estas disciplinas a la respiración también fueron señalados en las observaciones clínicas que realizaron conjuntamente el Instituto de Investigación de Medicina Tradicional y el Hospital de Cirugía Torácica de Tianjin (China), en las que los investigadores midieron los efectos de un curso de Chikung de tres meses de duración combinado con una terapia con medicamentos comunes en pacientes que sufrían enfermedades respiratorias crónicas como bronquitis crónica, asma, enfisema y cor pulmonale; cuando se comparó con otro grupo que solamente había tomado medicamentos se comprobó que la terapia combinada era más eficaz en el alivio de los síntomas y en la mejora del estado general como, por ejemplo, apetito, sueño y energía. Hay muchas más investigaciones relacionadas con enfermedades respiratorias crónicas, como el asma, en las que más del 80% de los pacientes mostraron claras mejorías, evidenciadas por una menor frecuencia, severidad y duración de los ataques (desapareciendo estos en muchos casos), menor utilización de medicamentos y una mayor capacidad para trabajos físicos. En el Hospital Nº6 de Shanghai, por ejemplo, se ha estado utilizando la práctica del Chikung desde 1956 como tratamiento primario en el asma bronquial con estupendos resultados. Otra investigación, en este caso del Departamento de Medicina del Hospital Ramathibodi de Tailandia, concluyó que los enfermos de asma pueden tener un mejor control de su respiración y mejorar su rendimiento deportivo gracias al Taichi. También hay estudios relacionados con la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC): un estudio piloto realizado en 2010 y publicado en la revista Respiratory Care afirma que la práctica del Taichi puede ser beneficiosa en pacientes con EPOC con intensidad de moderada a grave; asimismo, según una investigación del Hospital General Concord Repatriation junto con la Universidad de Sydney (Australia) y publicada en European Respiratory Journal, practicar Taichi puede mejorar la capacidad y la calidad respiratoria en personas con EPOC. Con la práctica podemos hacernos cada vez más conscientes de nuestra respiración, experimentar las sensaciones que nos produce y usarla para afrontar distintos aspectos de nuestro día a día. Una vez que el cuerpo experimenta el placer de respirar de manera sana y relajada, ésta se va integrando poco a poco de forma natural. Gracias a la regulación de la respiración a través del Taichi y el Chikung podemos beneficiar nuestra salud en general, mejoraremos el funcionamiento y la eficiencia de nuestros órganos internos, seremos capaces de equilibrar nuestras emociones y podremos descubrir nuevas vías de crecimiento personal y espiritual. Decía Peter Yang (1921 - 2014), uno de los pioneros en la enseñanza del Taichi y el Chikung en nuestro país: «Debemos orar respirando y respirar orando. La vida es aire: si no notas el aire, no notarás la vida». Manuel Rodríguez Salvador [1] El Qì (pronunciado "chi”) es un principio activo que forma parte de todo ser vivo y que se podría traducir como "flujo vital de energía".
[2] “Poste Erguido”. Es una postura de Chikung estático consistente en permanecer en una postura fija durante un tiempo determinado para desarrollar cualidades como relajación activa, resistencia y fortaleza física, paciencia, respiración, control de los ejes corporales, etc. [3] Reunión de Cien (20VG). Punto de acupuntura fundamental en Chikung situado en el vértice de la cabeza. Calma el espíritu y abre la conexión con la energía del cielo (yang). [4] Manantial Burbujeante (1R). Punto de acupuntura fundamental en Chikung ubicado en la parte central y anterior de la planta del pie. Es una de las Cuatro Puertas y permite la conexión con la energía de la tierra (yin). Referencias bibliográficas - CASTELLANOS OLIVARES, FÉLIX. “Instrucciones tradicionales para Tàijí Quán y Qì Gōng”. Escuela Tantien (http://www.escuelatantien.com) - COHEN, KENNETH S. (2004). “El Camino del Qigong: el arte y la ciencia de la curación energética china” (cap. 9). Ed. La Liebre de Marzo. - LEWIS, DENNIS (1998). “El Tao de la Respiración Natural: el poder transformador de la respiración natural”. Ed. Gaia.
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