«CHI RUNNING: una nueva forma de correr basada en los principios del Taichi Chuan y el Chikung» Puedes encontrar más información sobre esta técnica en la web Chi Running (está en inglés) o en el libro "El Correr Chi: una aproximación revolucionaria a la carrera sin esfuerzo y sin lesiones", de Danny Dreyer y publicado por la editorial PAIDOTRIBO. El Chi Running es una nueva técnica que ofrece un planteamiento que promueve una técnica consciente y un Running más eficiente a través de los principios del Taichi y el Chikung. El Chi Running se centra en la integración de los músculos centrales del cuerpo y la mente para mejorar la satisfacción al correr. Antes de empezar, se necesita incidir en la técnica de carrera, marcar la respiración, una buena postura y un poco de forma física. «El Chi Running combina la concentración interna y el movimiento fluido del Taichi con la potencia y la energía del Running para dar como resultado una forma de correr más eficiente energéticamente», asegura Rebecca Smith, entrenadora de Chi Running. De esta forma, la combinación del Taichi y el Running, dos disciplinas aparentemente diferentes, tiene como objetivo hacer la carrera más consciente, disfrutando del proceso. Así, tomas consciencia de tu cuerpo y de todos tus movimientos, para canalizar mejor la energía y evitar lesiones. Correr con la técnica del Chi Running genera una mayor cercanía con el mundo de la meditación en movimiento, permitiendo ganar una mayor fortaleza mental; correr sin dolor puede ser posible, pero lo que está fuera de toda duda es que la mente es lo que termina marcando la diferencia. Esta técnica no creo que descubra nada nuevo, al menos a los practicantes de artes marciales: erguidos, centrados, alineamiento de la estructura corporal, apertura articular, relajación activa, respiración diafragmática, atención al dantian inferior, cambio de peso, equilibrio, adaptabilidad, eficiencia del movimiento, etc... Realmente porque los practicantes de artes marciales intentamos, de mejor o peor forma, (todo requiere entrenamiento, tiempo y constancia), llevar estos principios a cualquier actividad que realicemos en nuestra vida cotidiana. Sin embargo nunca está de más que se nos recuerden y se nos enseñe a aplicarlos. A muchos corredores les parecerá todo muy obvio; eso es buena señal. A otros me consta que no: salen a correr, muchas veces motivados únicamente por mejorar tiempos y con ánimo de competir y ser más rápidos que los demás, y sin tener presente su estructura corporal o su respiración cuando lo hacen. Mucha gente se centra más en la meta, cuando quizá lo realmente importante y placentero de correr sea observarse a sí mismo y disfrutar del recorrido. El Taichi y Chikung, por ejemplo, tiene también mucho de esto: disfrutar del movimiento, observarlo, ver qué sucede en cada instante, no querer llegar rápidamente a una postura sino gozar en el recorrido... A veces las lesiones, en cualquier deporte, vienen dadas a causa de estar más atentos a lo externo que a lo interno, a no observarse y escucharse a uno mismo. El cuerpo es sabio y, aunque no lo creamos, nos habla continuamente. Sobre el Chi Running se han realizado también investigaciones. Quizá el más significativo sea un estudio realizado por la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.), titulado «A Comparison of Lower Extremity Joint Work and Initial Loading Rates among Four Different Running Styles». La investigación, que compara cuatro técnicas parar correr, refleja que el estilo de correr que menos impacto causa en las extremidades inferiores, que menos “fuerza de frenado” desarrolla en la ejecución del ejercicio y en el que el trabajo excéntrico de la rodilla es menor, favoreciendo una disminución del impacto de aterrizaje y una reducción natural de las fuerzas de carga corporales, es el de Chi Running. Personalmente, como practicante de Taichi Chuan y Chikung que de vez cuando sale a correr, he de decir que aplicando y poniendo en práctica los principios del Chi Running se nota una notable diferencia. Altamente recomendable para quienes creen que deporte y salud deben ir cogidos siempre de la mano. El siguiente vídeo explica (en inglés) algunos de los principios de la técnica del Chi Running: Manuel Rodríguez Salvador
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Esta mañana, tras levantarme, me ha sorprendido que el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, haya escrito en El País el siguiente artículo: Elogio del Qigong. Tras leerlo tengo sentimientos encontrados; no me terminan de gustar algunas de las cosas que dice... Cada uno que juzgue... En primer lugar, me da la sensación de que Vargas Llosa se queda con una parte muy física del Chikung, descartando todas las demás y dejando entrever que es, simplemente, un tipo de gimnasia que a él le gusta y le viene bien. Que diga cosas como «no lo he estudiado y, la verdad, no tengo mucho interés en averiguar su tradición y su filosofía pues me temo que, si me aventuro a rastrear ese aspecto teórico del qi gong, me encontraré con una de esas mucilaginosas retóricas bobaliconas y seudorreligiosas con que suelen autodignificarse las artes marciales» me dan que pensar... El aspecto histórico y filosófico (y religioso, si se diese el caso) en la práctica de cualquier disciplina es fundamental. Curiosamente el señor Vargas Llosa luego se contradirá en cierto modo, pues hará una afirmación bastante cercana a la parte filosófica del Chikung... En segundo lugar, parece como si quisiera ensalzar el Chikung con respecto al Taichi, dejando en mal lugar al segundo y demostrando, de paso, una ignorancia absoluta sobre ambas técnicas. Frases como «(el Chikung) es una práctica china milenaria, que en algún momento remoto se independizó del tronco común del Taichi» o «las artes marciales no son inocentes: quieren aprovechar lo que hay de primitivo y bestial en el ser humano para convertirlo en una máquina de matar, (...) El Chikung, en cambio, quiere liberarlo de esa agresividad congénita y hacerlo descubrir que la vida podría ser mejor si, a la vez que descargamos la ferocidad que nos habita, cada una de nuestras acciones es realizada con la delicadeza y la calma con que ejecutamos los movimientos que conforman su práctica» me demuestran que, aunque en su campo es, por supuesto, un genio..., en este no tiene ni idea... Sus palabras ponen de manifiesto algunos prejuicios demasiado alejados del verdadero espíritu de las artes marciales y el Chikung. Pese a mis críticas en estos aspectos, he de decir me gusta que lo recomiende y me encanta que lo practique, aunque también se confunda afirmando que «una sesión completa de Chikung no dura más de media hora». Y estoy totalmente de acuerdo en que «si los miles de millones de bípedos de este planeta dedicaran cada mañana media hora a hacer Chikung habría acaso menos guerras, miseria y sufrimientos y colectividades». Sin embargo debo añadir que, aunque no esté de acuerdo el señor Vargas Llosa, todos los beneficios de los que habla se consiguen, también, practicando Taichi. Finalizo diciendo que, por supuesto, lo que más me gusta del artículo es el hecho de que, desde un medio como es El País, se haga buena publicidad del Chikung. Hay que agradecerlo: a quienes somos instructores de Taichi y Chikung y nos dedicamos a este mundillo... nos viene muy bien. Manuel Rodríguez Salvador
La práctica correcta del Taichi y el Chikung puede fortalecer el corazón e incrementar la cantidad de sangre bombeada por minuto, de modo que se pueda enviar más oxígeno a los tejidos y eliminar más productos de deshecho. También puede hacer descender el ritmo cardíaco en reposo, regular la presión arterial, aumentar la eficacia cardíaca, disminuir el colesterol LDL (el "malo") y aumentar la circulación capilar. Uno de los estudios que documentan el efecto del Chikung sobre la hipertensión y sus estados relacionados fue conducido por el Instituto de la Hipertensión de Shanghai. Los sujetos se dividieron aleatoriamente en un grupo de Chikung formado por 122 pacientes y un grupo de control con 120 no-practicantes. Ambos grupos tomaban medicamentos comunes para la hipertensión. Se hizo un seguimiento de los sujetos durante 30 años. Al final de dicho período, el 47,76% del grupo control había fallecido, mientras que sólo un 25,41% del grupo de Chikung murió durante ese tiempo. La incidencia de ataque cerebral del grupo control fue de un 40,83% y en el grupo de Chikung de un 20,49%. La incidencia de fallecimiento debida a un accidente vascular cerebral fue de un 0,50% en el grupo control, mientras que en el grupo de Chikung fue de un 15,57%. Estos datos son muy significativos: menos de una posibilidad entre cien. Finalmente se llegó a la conclusión de que el Chikung juega un papel importante en la mejora de la auto-regulación y disminución de los factores de riesgo cerebro-vascular. El protocolo básico y los resultados del estudio de Shanghai se repitieron, 6 años después, en la Universidad Xiamen de la provincia de Fujian, con 204 pacientes hipertensos. En estas investigaciones se observó que la combinación de Chikung y de medicinas para la hipertensión era un 19% más eficaz que tomar únicamente las medicinas hipotensoras. En esta investigación el grupo de Chikung también aprendió a reaccionar menos intensamente ante factores estresantes, manteniendo una presión sanguínea más estable; tras 6 meses de práctica, la sangre en el grupo de Chikung mostraba menos tendencia a formar coágulos sanguíneos anormales y contenía niveles altos de colesterol HDL (el "bueno"), lo que generalmente reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. Igualmente el Instituto de Investigación de la Medicina Tradicional China en Tianjin publicó en 1988 un informe referente a 639 casos de hipertensión primaria tratados con una combinación de Chikung y aparatos de biofeedback; la terapia combinada demostró ser eficaz en un 85,13% de los casos, la mayor parte de los pacientes redujeron su presión sanguínea de forma significativa y mejoró su salud en general, su salud mental y el sueño. Beneficios cardiovasculares similares se han descrito respecto al Taichi Chuan. Desde la Universidad de Medicina de Pekín se observó que los estudiantes de Taichi tienen una tensión sanguínea más baja, una mayor eficacia cardíaca y menos registros anormales en el electrocardiograma que el resto de grupos de control. Según un estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology, el Taichi es útil para proteger el corazón y fortalecer los músculos e los adultos mayores. Los responsables de este estudio observaron que quienes habían practicado Taichi tenían una circulación 44% mejor, lo que ayudaría reducir el riesgo de hipertensión, arteriosclerosis, infarto y ataque cerebral. Otro estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Harvard (EEUU), demuestra que la combinación de los movimientos circulares, la respiración, el equilibrio y la distribución del peso de los ejercicios de Taichi son beneficiosos para las personas con insuficiencia cardíaca. Asimismo, en este estudio los investigadores encontraron que las personas que practicaron Taichi mostraron también una mejoría en la calidad de vida, el humor y la capacidad de respuesta al ejercicio.
En una revisión de 26 estudios publicados en Preventive Cardiology (Spring 2008), el Dr. Yeh informó que en el 85% de los ensayos, el Taichi regula la presión sanguínea. Según un estudio publicado por el Periódico de la Sociedad Americana de Geriatría, la práctica del Taichi ayuda a reducir la tensión alta. Un estudio publicado en Archives of Physical Medicine and Rehabilitation revela que este el Taichi mejora la circulación sanguínea. En un estudio de la Universidad Nacional de Taiwán, en un año de práctica de Taichi mejoró significativamente la salud: disminución de la presión arterial, mejora de los niveles de colesterol HDL, triglicéridos, insulina y proteína C reactiva en personas con alto riesgo de enfermedad cardíaca. El estudio, que se publicó en 2008 en el Diario de Medicina Alternativa y Complementaria, no encontró mejoría en un grupo control que no llegó a practicar Taichi. Ya en 1968 algunos médicos occidentales, como el cardiólogo Louis Brinberg, recomendaban practicar Taichi Chuan como método de ejercicio suave y diario aconsejable para pacientes cardíacos. Muchos hospitales del planeta están demostrado una lentitud vergonzosa a la hora de seguir el consejo de éste y otros muchos científicos.... Referencia bibliográfica: COHEN, KENNETH S. (2004). “El Camino del Qigong: el arte y la ciencia de la curación energética china” (cap. 9). Ed. La Liebre de Marzo. «El sabio siempre gana porque no compite». «Un viaje de mil millas comienza con el primer paso». (Lao Tsé) Muchas veces la visión inexperta de una persona que está iniciándose en el mundo del Taichi Chuan no ve mas allá de la defensa personal, la aplicación de la técnica o la visión de que se trata de una simple danza, entre otras. Otras veces ciega su estudio con el deseo de reconocimiento por cinturones, rangos y diplomas. Esto no hace mas que desviarlo del verdadero sentido de las Artes Marciales en general. Uno de los aspectos más importantes en la mentalidad de un practicante de Taichi Chuan es que debe basar sus objetivos acorde con las leyes naturales, intentando no desviarse del camino natural y buscando siempre un sentido y propósito elevado en su entrenamiento diario, uno que se base en desarrollar un buen corazón, sentimiento de creación y desarrollo interior. En el Taichi Chuan podríamos realizar, entre muchísimas más, la siguiente clasificación de pasos o niveles 1. El practicante. Basa su entrenamiento en el aprendizaje de la estructura, el movimiento y la repetición. En esta etapa el aprendiz a practicante se dedica, sobre todo, a imitar y copiar al instructor. Es una etapa muy gratificante, ya que todo es un descubrimiento fascinante para él. Esta etapa es crucial, ya que el practicante puede o entusiasmarse y seguir su entrenamiento intuyendo el camino que tiene por delante o, por el contrario, aparecer la frustración, desesperarse y darse por vencido, dejando la práctica. Por ello uno de los conceptos clave en esta etapa será la de desarrollar coraje y paciencia, así como el optimismo y el compañerismo. 2. El estudiante. Quienes están en esta etapa basan su entrenamiento tanto en la práctica como también en la teoría y los conceptos. El aprendiz a estudiante comienza a comprender, poco a poco, que sin un estudio y reflexión de lo que hace jamas podrá aspirar a comprender el arte que practica. En esta etapa pueden surgir inquietudes, deseos de superación, ganas de aprender nuevas técnicas y movimientos sin dejar de perfeccionar los ya aprendidos. También es clave el desarrollo de lazos entre estudiantes de una misma escuela, que lleva a la cooperación y la ayuda entre ellos. Su devoción es hacia el conocimiento y su concepto clave a desarrollar será la concentración, la resistencia y la paciencia. 3. El discípulo. El discípulo, además de la práctica, la teoría y los conceptos, basará también su estudio en la disciplina y lealtad a la escuela y al maestro, así como al linaje del que éste procede. El aprendiz a discípulo debe caracterizarse por una constante intención de ayudar a su escuela y sus estudiantes, apoyando en todo momento al maestro. Comprende que aún no tiene la habilidad de ver claramente el camino y, por tanto, se deja guiar. Su devoción será hacia la disciplina y el respeto al maestro, a la escuela, al linaje y al resto de estudiantes, clave para desarrollar una importante característica de cualquier artista marcial: la humildad. 4. El artista marcial. Tras años y años de correcta práctica y estudio de la teoría y los conceptos, estudiantes y discípulos comenzarán a basar su estudio, además de en todo lo anterior, en la aplicación del conocimiento en cada técnica, buscando la perfección de la misma y la mayor suavidad y relajación del movimiento. Además, se interesarán por aspectos más filosóficos y espirituales del Taichi Chuan y su interrelación con la parte técnica. El aprendiz a artista marcial refuerza su conexión a través del linaje marcial, comprendiendo que la evolución solo es posible a través de la armonía de ciertos valores (historia, tradición, filosofía, disciplina/respeto y técnica) y su conexión con la fuente primigenia (el maestro y el linaje). Por tanto, el artista marcial comienza a comprender que el verdadero sentido del Taichi Chuan es la lealtad al arte y su filosofía, desarrollando la benevolencia y la compasión. Su devoción será a la naturaleza de los opuestos complementarios del Yin y Yang y su concepto clave sera la honestidad. 5. El maestro. Basa su estudio en la filosofía del Taichi Chuan y su propio desarrollo de credo marcial. El aprendiz a maestro volverá sobre sus antiguos pasos en revisión y fortalecimientos de sus estructuras mas básicas, comprendiendo que la naturaleza del experto es el espíritu del principiante. Buscará, además, transportar cada enseñanza a su vida personal como una nueva cultura, forjando su personalidad y transformando sus códigos morales, y desarrollando un sentido especial por la perfección en los detalles mas ínfimos. En esta etapa pensamiento y acción pueden volverse uno, el sosiego se adueñará de su espíritu y el silencio será una nueva forma de comunicación con el mundo. El maestro ya no pensará en victorias o derrotas, y pronto dejará de existir como individuo y se volverá uno con el Arte. Su devoción será hacia el Wu Wei (hacer sin hacer) y sentirá la necesidad de compartir con otras personas todo lo vivido, teniendo de este modo alumnos y estudiantes, comenzando así nuevamente el ciclo. Como he comentado, podrían hacerse decenas de clasificaciones, sobre todo a un nivel mucho más técnico. Aquí me he centrado, sobre todo, en cuestiones quizá de carácter más emocional y de evolución de cualquier artista marcial.
El Taichi Chuan es un arte que, como todo, requiere disciplina, paciencia y tiempo. Si se dan estas características y se trabaja con amor, pasión y respeto, se va avanzando sin darse uno cuenta, reportando multitud de beneficios y maravillosas experiencias. (Adaptación libre de "Los 5 Estados de Evoluciòn Moo Do") |
Manuel RodríguezEterno aprendiz... Archivos
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