«El pez que vive en una charca nada puede saber del océano, está atado a su espacio. El insecto de verano nada sabe de los hielos del invierno, está atado al tiempo de su corta vida» (Zhuang Zi, sabio taoísta) Cuento chino Un día, una rana que vivía en el fondo de un pozo poco profundo se dirigió pletórica a una tortuga del Mar del Este.
- «¡Mi vida en el pozo es verdaderamente una alegría! Cuando salto fuera de él, me subo al pasamano exterior. Cuando vuelvo, descanso en una grieta dentro del pozo. Mientras nado, el agua del pozo cubre mis axilas pero mi cabeza permanece en la superficie. Jugando en el lodo, entierro mis pies en él. Mira a los berberechos, cangrejos y sapos que viven a mi alrededor tan felices como lo estoy yo. Además, este pozo es mi territorio, para mi disfrute. Qué vida tan maravillosa es esta. ¿Por qué no vienes y lo ves por ti mismo?» Al escuchar la invitación de la rana, la tortuga se preparó para entrar al pozo. Pero antes de que pudiera mover su pata izquierda, el pasamano del pozo le bloqueó la pata derecha. Se retiró a un lado del pozo y empezó a explicarle a la rana cómo era el mar. - «¿Cuán grande es el mar? Incluso 1.600 Km no describiría su amplitud; 3.000 metros no podrían describir su profundidad. Durante la época del Gran Yu, de la dinastía Xia, en 10 años hubo 9 años de inundaciones, aunque el nivel no pareció aumentar. Durante la época de Tang, de la Dinastía Shang, en 8 años hubo 7 años de sequía, pero la orilla del mar no pareció retroceder. No se ve afectado por el paso del tiempo ni por las oscilaciones de la marea, por lo tanto es la gran alegría de vivir en el Mar del Este». Al escuchar hablar sobre el mar, la rana se quedó estupefacta. Empezó a sentir la insignificancia de su vida en el pozo.
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Manuel RodríguezEterno aprendiz... Archivos
Julio 2024
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