(Cuento Zen) Dos monjes viajeros, el maestro y su joven discípulo, estaban de viaje hasta que llegaron a un río donde encontraron a una joven mujer. La mujer estaba preocupada porque tenía que cruzar el río, pero no lo hacía porque temía la afluencia de agua que en ese momento estaba bajando. Llevaba en su mano una pequeña bolsa, con hierbas medicinales. Preocupada por la corriente y por retrasarse en la vuelta a casa, se dirigió a los dos monjes y les preguntó si la podían llevar al otro lado. El joven monje dudó, pero el otro la levantó rápidamente sobre sus hombros, la llevó al otro lado del río, y la dejó en la orilla. Ella le dio las gracias y se alejó. El maestro la saludó inclinándose, uniendo las palmas de sus manos sobre su pecho, como es costumbre en esas tierras.
Siguieron durante 5 horas viajando, y el joven monje estaba removido y cabizbajo. Como indican sus enseñanzas, los monjes no pueden tocar a las mujeres. Incapaz de mantenerse en silencio, finalmente habló: - «¡Maestro, siempre nos has enseñado a evitar cualquier contacto con mujeres, pero tu levantaste a aquella y la llevaste!» Respondió el maestro, con una mirada llena de compasión: - «Hermano, hace cinco horas que la dejé al otro lado del río, mientras que tú todavía la estás cargando».
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«Un viaje de mil millas comienza con el primer paso» (Lao Tzu) ![]() Una de las primeras dudas que pueden surgir cuando alguien se decide a practicar un arte marcial es elegir un profesor o un centro donde se imparta. En el caso del Taichi Chuan y el Chikung existen muchos centros en los que se ofertan estas actividades y muy buenos instructores de estas disciplinas. Sin embargo, como en cualquier otra profesión, existe también gente que dice saber lo que no sabe, mucho "intrusismo laboral" y algún que otro farsante. Por ello, me gustaría dar unas pequeñas pinceladas sobre algunas características que, siempre desde mi humilde opinión, deberías tener en cuenta a la hora de elegir una escuela y un instructor de Taichi Chuan y Chikung. Escuela, estilo y linaje: En primer lugar creo que es imprescindible que el instructor pertenezca a un linaje (o siga una línea concreta), forme parte de alguna escuela o haya sido formado por un maestro especializado en Taichi y Chikung. La existencia de una escuela o linaje ya nos dice que: 1. Se sigue a un maestro o una línea de trabajo, con unas enseñanzas transmitidas durante siglos de maestro a discípulo. 2. Existe un compromiso fuerte y claro de transmitir el arte. 3. Existe un programa de enseñanza y una metodología. Es importante conocer el estilo que practica el instructor. Cada estilo difiere en determinados aspectos o técnicas, pero los principios básicos, los objetivos y los beneficios son los mismos. Conocer la línea de la escuela o de nuestro instructor nos dará muchas pistas sobre su seriedad y profesionalidad. Podría hablarse de cinco estilos familiares de Taichi Chuan: Chen, Yang, Wu, Wu/Hao y Sun. Otros estilos también reconocidos son Zhaobao, Hulei, Hunyuan o Wudang Sanfeng, entre otros. Casi siempre el nombre del estilo corresponde al apellido del creador/fundador (Chen Wangting, Yang Luchan, Sun Lutang, ...), característica del estilo (Hulei) o procedencia (Wudang), por poner algunos ejemplos. Si alguien te dice que practica y/o enseña Taichi "del Mono, la Grulla o el Oso", en realidad no es Taichi; quizá Chikung, pero a veces ni eso, sino algo inventado... Lo mismo ocurre con el Chikung, en el que hablamos de cinco escuelas: terapéutica, taoísta, budista (a veces estas dos últimas se consideran una misma escuela, a la que llaman "espiritual o meditativa"), confucionista y marcial. Por tanto, si alguien os habla del "Fitness Chikung", "Hot Chikung" o cosas así, sabed que no es Chikung. Menos aún si en los ejercicios que se trabajan se ven principios contrarios a este arte. Si la escuela o el instructor no quiere decir qué estilo se practica o no lo sabe es muy mala señal... Si un instructor de Taichi te dice algo así como «en China los maestros no dicen a sus alumnos qué estilo se practica», afirma que en Taichi no hay estilos o no sabe de qué le hablas, desconfía... Si afirma que él no hace Chikung, sino Qigong..., o que Taoyin y Chikung son disciplinas diferentes, más de lo mismo. Asimismo, cada vez surgen más "gurús" e "iluminados" que inventan estilos de la nada, sin maestros ni linaje, que se autoproclaman practicantes de "el verdadero Taichi" y/o "el verdadero Chikung" o que enfocan la práctica hacia unos tintes muy New Age... o justo lo contrario, a una práctica demasiado física y superficial. También se ve, y tristemente cada vez más, personas que hacen cursos de todo un poco y luego mezclan (que es muy diferente a especializarte en un arte y nutrirte de otras disciplinas, ojo) e incluso inventan estilos nuevos basados en las mezclas de los cursos que han hecho... Por ello es importante que te informes bien, preguntes y busques información sobre el estilo, la escuela y el instructor. Maestro, instructor y sus clases: La pertenencia de un instructor a una escuela o línea es una muy buena primera referencia. Que un instructor esté comprometido con un linaje y/o un maestro dice mucho de él. Por el contrario, personalmente suelo desconfiar de aquellos que dicen seguir a muchos maestros (que no es lo mismo que haberse nutrido de muchos maestros, ojo), enseñan muchas disciplinas distintas y/o enseñan muchos estilos de artes marciales diferentes sin especializarse en uno en concreto; mi experiencia me dice que muchas veces terminan haciendo mezclas raras... Como me dijo un profesor cuando estaba haciendo la carrera, «es importante saber un poquito de todo, pero hay que especializarse en algo concreto». En mi opinión, un buen instructor debe ser una persona bien formada con un maestro, en una escuela y supervisado por un buen profesional. No te cortes a la hora de pedir información sobre el currículum del instructor para comprobar su bagaje. Existen muchas personas que, tras hacer algún que otro curso se ponen a dar clases; como ya he comentado eso no sólo es intrusismo laboral sino también un auténtico ejercicio de irresponsabilidad. Un profesional debe conocer prácticamente todos los aspectos del Taichi y el Chikung y... son muchos; memorizar una secuencia de movimientos no es saber Taichi/Chikung ni te capacita para enseñarlo. La formación como profesional de estas disciplinas requiere una inversión importante de tiempo, esfuerzo y dedicación (y dinero), a veces muchísimo más que muchas carreras universitarias y, del mismo modo que en otras profesiones es importante seguir estudiando, aquí también nos encontramos con una disciplina en la que estarás aprendiendo durante toda la vida. Creo que es esencial valorar esto al elegir un buen instructor con quien aprender. Relacionado con lo anterior están también los conocimientos teóricos de la disciplina. Un instructor debe conocer las características del estilo que practica, los nombres de las posturas básicas y los movimientos, fundamentos de anatomía, medicina china, filosofía taoísta... Un instructor bien formado no puede hablar de Taichi "estilo Chuan" o "estilo Chikung", de "Taichikung", no saber las diferencias/similitudes entre Taichi y Chikung, no diferenciar entre flexión y extensión o incluso afirmar que el Taichi viene de la India..., entre otras perlas que a veces se escuchan... También pienso que un buen instructor debe ser una persona humilde. Personalmente huyo de los que se autoproclaman a sí mismos "maestro". Tradicionalmente el título de "maestro" nunca se lo daba uno a sí mismo; por una parte lo otorgaban sus pares (otros maestros e instructores) tras años de práctica, entrenamiento y compromiso con una escuela determinada y, por otra parte, eran los propios alumnos los que le llamaban de esta forma. Por la misma razón huyo también de los profesores empeñados en demostrar tener más nivel que otros, practicar mejor estilo o tener mejores alumnos. En este mundo, tristemente, hay mucha lucha de egos y es fácil encontrarnos con profesores que, en vez de hablar de sus fortalezas, arremeten contra otros. Resumiendo: no me convencen los maestros competitivos, sino los maestros competentes. Igualmente, valoro positivamente a aquellos maestros e instructores que no siempre lo saben todo y, a su vez, tienen la capacidad y los recursos para informarse y poder responderte con posterioridad. La respuesta «no lo sé» me ha parecido siempre un signo de sabiduría, y si además viene acompañada de un «pero se lo puedo preguntar a mi maestro» me enamorará. Un buen profesor no esconde su humanidad. El maestro que siempre dice estar bien... es un mentiroso. Los maestros son seres humanos que, como el resto de los mortales, necesitan comer, ir al baño, llorar, se enfadan, tienen que llegar a fin de mes, tienen familia... Esto es algo que se ve mucho en determinados ambientes en los que se sigue a algún tipo de gurú que parece salido de alguna clase de nave espacial intentando demostrar una especie de superioridad cósmica... Como me dijo una vez alguien a quien considero un maestro: «¿cómo saber lo que es la luz si nunca has conocido la oscuridad?». Es importante que el instructor de Taichi sea una persona comprometida con el arte y el estilo que practica, con su enseñanza y transmisión y con el aprendizaje, el desarrollo y la evolución de sus alumnos. Es interesante, además, que fomente la independencia de sus alumnos: no se trata de seguir al profesor "y ya está", sino de hacer que el alumno sea capaz de ir memorizando las formas y ejercicios, interiorizarlos y hacerlos "suyos". Asimismo, me gustan los instructores que son capaces de valorar positivamente los progresos de sus alumnos y, en la medida de las posibilidades de la clase, prestan atención a cada uno de forma individual. Valoro también que el profesor tenga una visión holística del Taichi y el Chikung, que lo vea como algo que está en continua evolución y nutra el arte dando importancia a la investigación, la ciencia, los conocimientos occidentales, avances técnicos, beneficios de otras disciplinas, etc... Del mismo modo, creo que es imprescindible (tanto que creo estar repitiéndolo) que esté en continua formación y que, además de enseñar, tenga a su vez un maestro que le enseñe y de quien también él se pueda nutrir. Por otra parte, es importante evaluar la capacidad pedagógica del profesor y si realmente, en las clases, se nota una progresión. Ojo: los avances en el Taichi y el Chikung no pueden valorarse en 2 ó 3 sesiones; para darse cuenta de sus beneficios debes practicar de forma regular durante un tiempo. Finalmente, me parece importantísimo que el instructor de Taichi y Chikung trabaje no tanto el número de movimientos (que es importante también en la progresión), sino sobre todo la calidad de los mismos; que enfatice mucho en los principios básicos y fomente, en el alumnado, la visión espiritual del Taichi y la capacidad de llevar los principios prácticos y filosóficos de este arte a nuestra vida cotidiana. En definitiva, alguien para quien el Taichi no es un deporte, sino un estilo de vida. Lugar de enseñanza: Aunque por distintos motivos no siempre se puede dar el caso, la existencia de un centro donde impartir las clases es un elemento a favor. Para evaluarlo puedes observar los siguientes aspectos: - El feng shui: debe ser un sitio acogedor, arreglado, limpio, bien cuidado y con una estética mínimamente acorde con la disciplina que quieres estudiar. - El sonido: en la medida de lo posible debe ser un lugar silencioso o, al menos, poco ruidoso; el silencio ayuda a la meditación, la relajación y a crear un clima de paz y armonía propicio para la práctica. - La ventilación: una buena ventilación es indispensable. - Servicios mínimos: cuarto de baño (si es posible con duchas), vestuario, recepción, ... - Material: apuntes, armas, ropa y calzado, ... - Horarios: que haya variedad de horarios tanto para poder informarse como para poder asistir a clase. - Atención al alumno: una buena atención al alumno o posible futuro alumno, al que se le pueda dar información precisa y solucionar cualquier duda o conflicto. Es importante también que exista la posibilidad de visitar el centro antes de matricularse para poder evaluar mejor las instalaciones. Lo mismo sucede con la posibilidad de ver o asistir a una primera clase gratuita. Si no se te permite, algo huele mal... Es cierto que también hay muy buenos instructores que, por la razón que sea, no pueden disponer de un local donde dar clases y las imparten en un parque. En ese caso habrá que valorar los servicios que dejamos de percibir o las incomodidades propias de estos lugares, como puede ser el mal tiempo, el ruido, los viandantes, etc..., pero siempre teniendo en cuenta, y quiero remarcar esto, que el hecho de que la clase sea en un parque no implica necesariamente que el instructor no sea profesional; hay grandes maestros en los parques. La práctica al aire libre y en contacto con la naturaleza es también importante y enriquecedora, y no está reñida con la existencia de un local. Precio: El precio se debe evaluar siempre desde una perspectiva de "calidad-precio", de satisfacción y de evolución personal. En todo lo relacionado con salud creo que nunca hay que escatimar en gastos. Resumiendo: cuando uno decide practicar Taichi Chuan y Chikung, como cualquier otro arte marcial, es recomendable que busque un buen instructor y una buena escuela hasta encontrarlos. A veces no es un camino fácil, pero sí necesario. Al final merece la pena encontrar un maestro con un gran nivel técnico de Taichi y Chikung que sea, a su vez, sincero, humilde y con gran corazón que haga que te enamores, cada día más, de este maravilloso arte. «Un profesor es el que te enseña, un maestro es del que aprendes» (Séneca) «Los maestros pueden abrir puertas, pero solo tú puedes entrar» (Proverbio chino) «El maestro deja una huella para la eternidad; nunca puede decir cuando se detiene su influencia» (Henry Adams) Manuel Rodríguez Salvador
Cuentan que cierto día un joven se acercó al maestro Tang Lung y le dijo: - «Abuelo, el arte marcial que usted enseña es sólo para ancianos y no sirve para nada». El maestro contestó: - «Verás, hijo mío, hay dos clases de escuelas de artes marciales: las externas y las internas. Las escuelas externas enseñan a pegar fuertes patadas; pero un burro será capaz de dar patadas más poderosas y un hombre, por mucho que entrene, nunca será tan fuerte como un elefante o un toro. Sin embargo, los maestros internos enseñamos a combatir enemigos invisibles que, además, son los más poderosos, como la vejez, la enfermedad, la ira, la maledicencia y la muerte... El practicante de Taichi que ha logrado encontrar un verdadero maestro interno sabe esquivar la enfermedad y la ira; la vejez y la maledicencia también llegarán sin pasarle factura y, cuando la muerte quiera sorprenderle, estará preparado. Así que ya ves que no es que sólo los viejos practiquemos Taichi, sino que los que practicamos Taichi... llegamos a viejos». "DEL TAI-CHI AL TAO: ESPIRITUALIDAD Y MÍSTICA EN LAS ARTES MARCIALES", de MANUEL I. FERNÁNDEZ MUÑOZ - «Maestro, hay un asunto que me atormenta» -dijo el discípulo. - «¿De qué asunto se trata?» -preguntó el maestro. - «A veces envidio a los que reciben un obsequio a diario» -respondió el discípulo. - «Deja de preocuparte por las pequeñas cosas» -contestó el maestro. - «Aquel que se acomoda a recibir un obsequio a diario, sufrirá más que tú cuando deje de recibirlo un solo día, porque has de saber que el que nada tiene, nada pierde. Y yo te pregunto: ¿qué prefieres, uno o dos regalos?» - «Dos siempre mejor que uno, ¿no?» -dijo el discípulo. - «Siendo así, no esperes nunca nada. Porque el regalo que no se espera, siempre vale por dos» -respondió el maestro. (Autor desconocido)
![]() Como todos sabemos, con el progreso de las civilizaciones y el rápido desarrollo de las modernas técnicas científicas la vida se hace cada vez más cómoda y próspera, lo que se ve reflejado en la extraordinaria abundancia de la vida material: medios de transporte rápidos, mecanización de las fábricas y automatización de las condiciones del trabajo. Por otro lado, los seres humanos también se enfrentan cada vez más a las angustias y ansiedades causadas por el rápido ritmo de vida laboral y cotidiana, intensas competencias y la expansión de las necesidades materiales; además con el actual estilo de vida sedentaria, la dieta rica en grasas y calorías, la costumbre de hacer deporte sin un seguimiento especializado y la grave contaminación del medio ambiente han aumentado bruscamente el número de enfermedades de la civilización moderna. Cada día hay más gente que sufre de hipertensión, hiperlipidemia, enfermedades coronarias, diabetes, gota, insomnio, psicosis, etc., dolencias que han afectado perniciosamente a la salud y a la calidad de vida de los seres humanos y que también han provocado enormes pérdidas económicas a las naciones. Al mismo tiempo, sea en Oriente o en Occidente, a medida que se prolonga la esperanza de vida, la conciencia sobre la buena salud está creciendo. Además, el alto grado de interés y la preocupación por estar sanos han promovido la profundización sobre los conocimientos sanitarios, los pensamientos y multifacéticas exploraciones de las soluciones y los métodos para resolver el problema de la sanidad. Considerando la gran influencia de los deportes sobre la sanidad fisiológica y psicológica y la capacidad de adaptación social, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en 1992 la Declaración de Victoria en la Conferencia Internacional sobre la Sanidad Cardíaca en Victoria (Canadá) y planteó el famoso concepto de “las cuatro piedras angulares” que promueven la sanidad humana, es decir “una dieta equilibrada, unos ejercicios físicos adecuados, dejar de fumar y beber poco, y mantener un equilibrio psicológico”. En ese encuentro los expertos señalaron que para prevenir todo tipo de enfermedades las personas debían llevar un estilo de vida saludable, por ello realizar ejercicios físicos adecuados forma una parte muy importante a la hora de mantenerse saludable, lo cual confirma la necesidad de realizar algún deporte. Los expertos en teorías deportivas de todo el mundo reconocen que el desarrollo de cualquier deporte no puede desligarse ni de la filosofía ni de la medicina. Los deportes en Oriente y en Occidente, debido a las desigualdades de los conceptos filosóficos y médicos, cuentan con características bien diferenciadas que van desde la teoría hasta la práctica. Debido a la influencia de la ideología sobre la separación física y psicológica de René Descartes y de otras teorías filosóficas de Charles Darwin que pregona que la especie que ha supervivido no es necesariamente la más fuerte sino la que ha sabido adaptarse mejor al entorno de científicos de la naturaleza, el deporte moderno occidental ha adquirido la idea del “más rápido, más alto y más fuerte”, lo cual se refleja en la preconización de la competencia y de los desafíos extremos. Al mismo tiempo, bajo la orientación de la medicina moderna, se ha formado un independiente método de entrenamiento cuyo objetivo principal trata de desarrollar cualidades físicas (velocidad, fuerza, resistencia, agilidad y flexibilidad) y psicológicas. Debido a la influencia de los pensamientos filosóficos del taoísmo, confucianismo y de la Medicina China, los deportes clásicos chinos como el tàijíquán[1] y el qìgōng[2] han desarrollado sus propias características. Dichos deportes gozan cada vez de un mayor número de seguidores debido a su seguridad física y a que pueden ser practicados sin riesgos por todo tipo de personas independientemente de su edad. Durante los más de cinco mil años de historia del desarrollo de las teorías sobre la armonía entre el hombre y la naturaleza y la unión física y mental del taoísmo, el taijiquan y el qigong enfatizan en la integración de los movimientos físicos, la correcta respiración y la orientación ideológica. Por lo tanto, ambas disciplinas deportivas poseen algunos puntos comunes como son movimientos suaves, lentos, ágiles y ligeros. Ambas prestan más atención al fortalecimiento de los órganos, de los canales energéticos principales y colaterales[3] y a la energía vital a través de los movimientos físicos, la respiración abdominal y la filosofía, a fin de lograr el efecto de la longevidad.
Pero esto no quiere decir que una vez se practica taijiquan o qigong se obtiene un resultado inmediato. Aunque los médicos ya se ha planteado la receta deportiva, es decir, para diferentes grupos de personas y diferentes síntomas se les receta diferentes tipos de deportes, cualquier actividad física necesita experimentar un proceso desde la acumulación cuantitativa hasta el salto cualitativo final. Por eso es imposible conseguir un resultado inmediato, además se necesita de un seguimiento continuo, una práctica constante y una adaptación gradual a las maneras técnicas de los movimientos, aspiraciones y conciencias. En estos aspectos, el taijiquan y el qigong presentan diferencias notables en comparación con otros deportes modernos. Estas se reflejan principalmente en tres aspectos. En primer lugar, se trata de las técnicas deportivas. La mayoría de los deportes modernos realizan movimientos rápidos por medio de la contracción de los músculos centrípetos, mientras que en el taijiquan y el qigong se practican más los movimientos centrífugos y estáticos de una manera suave y lenta. Lo cual no solo permite fortalecer la estimulación de las articulaciones, los ligamentos y los músculos, y aumentar la intensidad de los huesos, sino que también evita al máximo las lesiones causadas en los deportes modernos. Por último, el taijiquan y el qigong son deportes con movimientos menos fuertes, por lo tanto son adecuados para todas las edades. En segundo lugar, se trata del método de dominación de la respiración. Los deportes modernos por sus intensos y rápidos movimientos emplean la respiración torácica y se ajusta el ritmo y la frecuencia de la inspiración de acuerdo con los cambios de movimiento. Este método de respiración menos profunda presenta una frecuencia alta. Además, provoca la acumulación de ácido láctico y la generación de oxígeno reactivo. Por eso, después de hacer ejercicio es especialmente necesario realizar estiramientos que eliminen el ácido láctico y así evitar la acumulación de radicales libres en el cuerpo. En consecuencia los ancianos deben actuar según su capacidad a la hora de realizar deportes intensos. Por el contrario, para practicar taijiquan y qigong se emplea la respiración abdominal, que es una respiración fina, estable, lenta y duradera, con lo que se permite la plena expansión y contracción de los capilares en el tórax y en la cavidad abdominal, estimulando la capacidad de la circulación de la sangre y del oxígeno en el tórax y la absorción de metabolitos. Así se reduce la carga cardíaca. En tercer lugar, se trata del aspecto de la conciencia. La mayoría de los deportes modernos presentan movimientos automatizados, por lo que se realizan de forma inconsciente. Por su parte, el taijiquan y el qigong son todo lo contrario, pues prestan más atención a la orientación de la conciencia hacia los movimientos. Además gracias a su suavidad y lentitud, ofrecen la posibilidad de ser conscientes en cada momento de los movimientos realizados. Los movimientos “grulla blanca desplegando las alas”, “mono encogido”, “serpiente peristálticas”, “gallo dorado sobre una pata”, etc. emplean en todo momento la consciencia para su perfecta realización. La práctica de esta disciplina hace que uno se sumerja en un estado físico y psicológico natural gracias a una relajación mental y al placer físico y psicológico, que les hace situarse entre el cielo y la tierra. Después de practicarlos uno se siente ligero y sus pasos se hacen más alegres y relajados. La ciencia moderna confirma este fenómeno y su valor sanador. Así, según un estudio, cuando el cuerpo humano está relajado su cerebro segrega una gran cantidad de ß-endorfinas, neurotransmisores opioides producidos en el sistema nervioso central. Este tipo de hormona no solo tiene el efecto de dar placer sino que también puede mejorar el sistema inmunológico, prevenir el envejecimiento, mantener la salud y prolongar la longevidad. Del mismo modo, actividades como la pintura china, la caligrafía, tocar el piano y jugar al ajedrez también cuentan con el mismo efecto placentero. Además, estos ejercicios también pueden promover la relación entre el sistema nervioso y el sistema motriz, fortalecer el dominio del nervio central a las terminaciones nerviosas y prolongar el proceso de envejecimiento del cuerpo humano. En los últimos años, a medida que crece el interés por la cultura y la lengua chinas, un gran número de occidentales eligen el taijiquan y el qigong como deportes saludables. A los europeos en general y a los españoles en particular les gusta mucho realizar todo tipo de actividades deportivas, gracias a ello disfrutan de los beneficios, de las alegrías y las pasiones que los deportes suscitan. El intercambio deportivo entre China y España no solo se limita a deportes específicos como el fútbol, el baloncesto o el tenis, sino que también se coopera en aspectos como la filosofía y el espíritu deportivos. Desde 2003, Wang Xiaojun, escritor de este artículo, acude a Valencia (España) cada año a impartir conferencias y cursos de taijiquan, qigong y artes marciales, además de dar algunos consejos sobre cómo mantener la salud. Su sabiduría le ha llevado a dar clases también en Alemania, Italia, Rusia y Japón entre otros países. Esto demuestra que el taijiquan y el qigong, como representantesde las artes marciales, han despertado mucho interés en la sociedad y en el pueblo occidental. 1. El tàijíquán (太极拳) es un tipo de boxeo chino tradicional inspirado en el diagrama de la Polaridad Suprema que se caracteriza por su lentitud y movimientos suaves y ligeros. 2. El qìgōng (气功) es un sistema especial de ejercicios gimnásticos de concentración mental y control respiratorio cuyo objetivo es fomentar la calidad de la energía de la persona y fortalecer la salud 3. En medicina china los canales colaterales están considerados como una red de pasajes por donde circula la energía vital y en donde se distribuyen los puntos de acupuntura. [El artículo "Taijiquan, qigong y la vida sana de los ciudadanos contemporáneos" del Dr. Wang fue publicado en la Revista Instituto Confucio nº14] 1. Lo natural no es la barbarie ni dejarse llevar por los instintos más primarios y por la violencia más gratuita. Lo natural es el respeto y la delicadeza, aunque la ley de la selva todavía anide en nosotros. Disfrutar o vanagloriarse por dejarse llevar por la naturaleza "primaria" del individuo solo expresa la incapacidad para progresar y no el éxito del trabajo interior con uno mismo.
2. Nadie está en la verdad pero todos -aunque a veces nos asuste y a veces nos cueste- caminamos hacia ella. 3. Si no te quieren -con o sin motivo- sigue tu camino porque, hagas lo que hagas, no conseguirás que te quieran. Si te quieren, no te quedes mucho tiempo porque es muy fácil acomodarse y dejarse estar, olvidando el motivo vital que nos guía. Así que continúa pronto tu camino. 4. Experiencia y secreto son contradictorios y contrarios. Una experiencia que no se transmite es una experiencia inútil que no beneficia a nadie. 5. La religiosidad y la religión no son necesarias, ni siquiera obligatorias para ser taoísta. Creer, sin embargo, es la base de cualquier camino que se emprende. Seguir es el alimento del creer. Y finalmente todo deviene en fe. Y como todo el mundo sabe: la fe mueve montañas. 6. Sentir y pensar son, desde el punto de vista de la conciencia, antónimos. Si pensamos, no sentimos; si sentimos, no pensamos. Sin embargo, son dos potencialidades que habitan en nosotros. Disfrutarlas nos ayuda a madurar. Denostarlas nos hace minusválidos. 7. El silencio y la conciencia van de la mano, se ayudan y potencian entre ellos. La conciencia se amplía y fortalece en el silencio; el silencio encuentra firme apoyo cuando la conciencia está activa y centrada. Buscar el silencio sin huir de la realidad y concienciar cualquier momento, sean cuales sean las circunstancias, es ir avanzando en el camino. 8. El Taichi, la meditación, la respiración, el Chikung, etc... son técnicas y prácticas que ayudan a despertar la conciencia, a mantener la atención, a disciplinar la voluntad y a desperezar el cuerpo. Por sí mismas no son más que técnicas, sin embargo con su ayuda podemos potenciar nuestro caminar y hacerlo más seguro, más firme, más enérgico y más tranquilo. 9. Más de una vez, en nuestro cotidiano caminar, nos encontramos abrumados o sembrados de dudas o simplemente decepcionados con nuestra forma de actuar o con la de los demás. Sentarse a lamerse las heridas es habitual. Sentir autolástima también lo es. Pero lo que más despeja el camino es seguir, seguir y dejarse guiar por el corazón, por la intuición, por la VIDA que siempre nos cuida y alienta. Vivir es seguir y seguir es avanzar pase lo que pase. El corazón nunca pierde el camino verdadero. La razón y la tristeza suelen enturbiarlo hasta confundirlo. 10. La humildad y la generosidad son los dos bienes más preciados del caminante. Gracias a la humildad se puede cumplir el texto del Tao Te King que dice: "El buen caminante no deja huella". La humildad es la levedad que permite que caminemos borrando las huellas de nuestro paso y dejando un suave regusto del encuentro. La generosidad nos permite desprendernos de todo cuanto llevamos y también nos permite nutrir los corazones de aquellos con quienes nos encontramos en el camino. La generosidad no es obsequiosidad, sino simple desprendimiento y humanidad. Humildad y generosidad son nuestras mejores zapatillas: se hacen más y más cómodas a medida que se usan más. [Extraído del blog 20 lecciones de taoísmo (y toda una vida para practicarlas) de Andrés Guerrero] Zilu preguntó: - ¿Cuándo debo poner en práctica las cosas que aprendí? Confucio respondió: - Aún he de enseñarte muchas cosas. ¿Por qué tanta impaciencia para pasar a la acción? Espera el momento adecuado. Justo a continuación, Gongchi preguntó: - ¿Cuándo debo poner en práctica las cosas que aprendí? - Inmediatamente -respondió Confucio. - Eso no ha sido justo -se quejó Zilu-. Gongchi sabe lo mismo que yo y usted le ha permitido actuar. - Un buen padre conoce la esencia de sus hijos -dijo Confucio-. Frena a aquel que es demasiado osado y empuja al que no sabe caminar con sus propias piernas. Paulo Coelho
«El pez que vive en una charca nada puede saber del océano, está atado a su espacio. El insecto de verano nada sabe de los hielos del invierno, está atado al tiempo de su corta vida» (Zhuang Zi, sabio taoísta) Cuento chino Un día, una rana que vivía en el fondo de un pozo poco profundo se dirigió pletórica a una tortuga del Mar del Este.
- «¡Mi vida en el pozo es verdaderamente una alegría! Cuando salto fuera de él, me subo al pasamano exterior. Cuando vuelvo, descanso en una grieta dentro del pozo. Mientras nado, el agua del pozo cubre mis axilas pero mi cabeza permanece en la superficie. Jugando en el lodo, entierro mis pies en él. Mira a los berberechos, cangrejos y sapos que viven a mi alrededor tan felices como lo estoy yo. Además, este pozo es mi territorio, para mi disfrute. Qué vida tan maravillosa es esta. ¿Por qué no vienes y lo ves por ti mismo?» Al escuchar la invitación de la rana, la tortuga se preparó para entrar al pozo. Pero antes de que pudiera mover su pata izquierda, el pasamano del pozo le bloqueó la pata derecha. Se retiró a un lado del pozo y empezó a explicarle a la rana cómo era el mar. - «¿Cuán grande es el mar? Incluso 1.600 Km no describiría su amplitud; 3.000 metros no podrían describir su profundidad. Durante la época del Gran Yu, de la dinastía Xia, en 10 años hubo 9 años de inundaciones, aunque el nivel no pareció aumentar. Durante la época de Tang, de la Dinastía Shang, en 8 años hubo 7 años de sequía, pero la orilla del mar no pareció retroceder. No se ve afectado por el paso del tiempo ni por las oscilaciones de la marea, por lo tanto es la gran alegría de vivir en el Mar del Este». Al escuchar hablar sobre el mar, la rana se quedó estupefacta. Empezó a sentir la insignificancia de su vida en el pozo. La "respiración de los dos mil días", conocida también como "respiración fresquito-calorcito", es la base del método de Peter Yang. Es un método natural que se practica cada día a la misma hora y en el mismo sitio durante dos mil días. La posición es sentado en una silla, o en el suelo sobre un cojín. A partir de la respiración fresquito-calorcito se sigue un camino que consta de seis etapas y que nos guiará de vuelta al origen. Al principio se cuentan las respiraciones: inspirar-espirar 1, inspirar-espirar 2, inspirar-espirar 3, y así sucesivamente, lo que permite darse cuenta que cada respiración es diferente de la anterior y de la siguiente, la atención se focaliza y no se pierde en cosas mundanas. La segunda etapa consiste en seguir y acompañar el aire de forma fina y sutil, la tercera en parar y controlar el aire, la cuarta en expandir y contemplar, la quinta volver a uno mismo con la respiración, y finalmente la última etapa consigue alcanzar el estado fetal para volver al punto de origen. Cuando el practicante experimenta las seis etapas, entonces está preparado para seguir el método de respiración de los dos mil días, que requiere un protocolo que se desarrolla durante siete ciclos. Cuando se ha completado el proceso, donde va la mente llega el aire, y donde llega el aire, llega la mente. Primer Ciclo − 100 días. 100 respiraciones diarias de fresquito-calorcito. − 100 días. 100 respiraciones diarias igualando la inspiración con la espiración. − 100 días. 100 respiraciones diarias tomando consciencia de la circulación y continuidad del aire. Segundo Ciclo − Dirigir la atención al Dan Tian o Centro Vital, para formar una bola de energía. − 100 días. 100 respiraciones diarias de fresquito-calorcito. − 100 días. 100 respiraciones diarias igualando la inspiración con la espiración. − 100 días. 100 respiraciones diarias tomando consciencia de la circulación y continuidad del aire. Tercer Ciclo − 300 días. Expandir la bola como si fuera un globo por todo el tronco (en tres fases). Cuarto Ciclo − 300 días. Expandir la bola como si fuera un globo a la cabeza y extremidades (en tres fases). Quinto Ciclo − 300 días. Expandir la bola hasta los poros de la piel. A partir de los 1500 días de práctica la bola empieza a dominar la respiración. La mente solo acompaña el aire puro y entonces se confunde con el espíritu. Sexto Ciclo − 100 días. Circulo Menor en la columna. − 100 días. Circulo Mayor de la cabeza a los pies. − 100 días. Circulo transversal en la cintura. Séptimo Ciclo − 100 días. Expandir el círculo a toda la habitación. − 100 días. Expandir el círculo a 5 kilómetros. La práctica incrementa la energía vital y reduce el número de respiraciones completas. Lo importante del método es sentir, disfrutar, estar atento, nunca forzar o insistir para conseguir. No es un llegar sino un disfrutar del camino. La vida depende del movimiento del corazón y es a través de la respiración que se puede controlar el corazón. No se puede retener lo que no es tuyo. Cuando consigues distanciarte de la respiración, disfrutas al observar lo que sucede en el cuerpo, los movimientos, la respiración, las sensaciones de calor o frío, los bloqueos, los puntos donde se acumula más energía vital. Te dejas llevar por el ciclo respiratorio, su vaivén y las sensaciones de libertad que genera. El espacio entre la inspiración y la espiración es donde triunfa la no acción y las sensaciones son más plenas y extensas. La libertad de no acción aporta plenitud y claridad. ![]() «La clave está en tomar consciencia del aire que se respira. Es muy fácil, solo hay que sentir el aire fresco, “fresquito”, que se inspira y el aire cálido, “calentito”, que se espira por la nariz. Es como una ventana abierta, siempre hay un contraste entre la temperatura del cuerpo y la del medio ambiente. Al principio cuesta sentirla porque la mente está dispersa. Hay que prestar atención a la respiración, especialmente en la zona del entrecejo, pero sin tensión, hay que absorber pero sin distraerse, contemplar con los cincos sentidos y realizar el movimiento respiratorio sin esfuerzo. Habitualmente se practica durante media hora al día. Al cabo de varias semanas se puede observar que hay un número de respiraciones que se repite o se asemeja, por lo que se convierte en la graduación de un termómetro que mide el estado de tranquilidad, si la cantidad aumenta hay ansiedad y si disminuye indica que se está en calma. La práctica constante de la respiración fresquito-calorcito produce cambios en el practicante. Se consiguen estados de conciencia alterada que nadie ha imaginado.» (Peter Yang) «La vida es aire. Si usted no nota el aire, no notará la vida» (Peter Yang) ![]() Hace un rato me he enterado de la noticia: el pasado 7 de Marzo, a la edad de 93 años, fallecía el Padre Peter Yang: sacerdote católico, sabio taoísta, médico, fundador del primer restaurante chino de España, pionero en la enseñanza del Taichi Chuan y el Chikung en nuestro país y autor de los libros "Tai Chi: equilibrio y armonía para todas las edades", "Tai Chi Zen: manual de un fiel al Tao" y "Chi Kung Cristiano", con la colaboración de José Mª Prat. La base del método de Peter Yang es la "respiración fresquito-calorcito", que fue desarrollando y bautizó con el nombre de "respiración de los dos mil días". Otra de las principales características de Peter Yang, y uno de los mayores objetivos de su vida, fue su visión integradora entre Taoísmo y Cristianismo: «Soy la única persona que tiene una visión taoísta-cristiana. El primer denominador común entre ambos es su carácter creador: los dos son origen de todo lo que hay en el universo y en ambos se implica la libertad creadora, pues su acto creador no obedece más que a su propia norma. Esta norma es más explícita en Dios, pues es el amor el que alienta sus actos, incluso se dice que Dios es Amor, identificándose plenamente (esto no se entiende), sin embargo en cuanto al Tao, su voluntad no queda enmarcada en ninguna norma, excepto la que dicta sus acciones: la fluidez, la suavidad y la discreción.» «En los dos casos, Tao y Dios responden a una realidad única, incomparable, inabarcable, inimaginable e incomprensible para el ser humano. Estas cualidades hacen que no podamos hablar de ellos sin pecar de simplismo o de presunción. Tao y Dios no tienen sentido si no hay una creencia, si no hay una aceptación de su existencia más allá de la nuestra. El cristianismo se basa en la fe, mientras que el taoísmo se basa en el sentir. Pero sin consciencia ninguno de los dos existe.» «Jesucristo dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida", y ese es el punto en que Dios y Tao están más cerca. El taoísmo significa vía, camino, sendero, y Dios está al final del camino. Con la fe cristiana seguimos a Jesucristo en cada acto cotidiano, en cada servicio a los demás, ese camino es vivir de verdad, vivir la vida de forma sincera. Con el camino taoísta, nos serenamos para poder reconocerlo en cada instante de nuestra vida, sin que nada se interponga y nos distraiga. El taoísmo es lo natural y el cristianismo lo sobrenatural o divino, apenas hay diferencia entre aire y gracia, respiración y oración, energía y espíritu.» Aunque nunca llegué a conocer personalmente a Peter Yang (cosa que me hubiera encantado), lo considero todo un referente en el mundo del Taichi, me enamora su visión taoísta-cristiana y deseo que su trabajo siga dando tan buenos frutos. Podéis encontrar más información sobre él en Fundación Tai Chi Zen y Rincón de la Calma. Comparto también algunos documentos sobre esta persona y lo que ha sido su vida. Merece la pena echarles un vistazo: «Peter Yang: unidad, paz, multiplicidad» (entrevista a Peter Yang) http://www.taichichuan.com.es/articulos/todos-los-articulos-lista/935-peter-yang-unidad-paz-multiplicidad «¡Viva la Pepa!, camarada» (reportaje de TV3, en castellano, sobre Peter Yang) http://www.tv3.cat/videos/3229990/Viva-la-Pepa «Restaurante 'Gran Dragón'» (reportaje de TV3 sobre el restaurante 'Gran Dragón') http://www.tv3.cat/videos/1533429/Restaurare--1 Muchas gracias y descanse en paz.
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Manuel RodríguezEterno aprendiz... Archivos
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