Las últimas 3 semanas he podido participar, junto al equipo de profesores de Escuela Tantien y otros 100 estudiantes de toda Europa, en diferentes talleres de Wushu, Taichi y Qigong en directo, dentro del programa de estudios 'Taking Wushu as a Bridge, Nurturing Body and Mind - 2021 Online Experiential Learning Program', organizado por la Universidad de Deportes de Pekín.
Uno de estos cursos fue dirigido por el querido Dr. Wang Xiaojun, con quien pudimos disfrutar y aprender, durante estas semanas, una rutina de Qigong especialmente beneficiosa para el sistema respiratorio y desarrollada por él mismo para la ciudad de Hezhou (certificada como la ciudad más longeva de China). Con esta rutina la ciudad entró también en el Récord Mundial Guinness de más gente practicando a la vez ejercicios de Qigong, siendo guiados por el propio Dr. Wang.
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Esta semana he participado en unas jornadas online donde he podido disfrutar de mi práctica meditativa en Zhàn Zhuāng (una postura de Qigong) siguiendo las indicaciones de Bhikkhu Anālayo quien, además de monje y reconocido maestro de meditación de la tradición Theravāda, es practicante de Taichi estilo Chen y Qigong. La propuesta ha sido experimentar la práctica del Taichi desde la perspectiva de la tradición budista mediante la entrada gradual hacía la Vacuidad en 4 pasos: el espacio, la mente, la ausencia de ego y el Wújí.
Estas jornadas, denominadas 'Taiji meets Dharma' y organizadas por Jan Silberstorff (WCTAG), finalizaron ayer con un agradable rato de preguntas y respuestas, donde se plantearon reflexiones muy interesantes sobre la conexión e integración de la práctica meditativa en la quietud, sedente y en Zhàn Zhuāng, y el movimiento, a través del Taichi Chuan. No digas que partiré mañana
porque todavía estoy llegando. Mira profundamente: llego a cada instante para ser el brote de una rama de primavera, para ser un pequeño pájaro de alas aún frágiles que aprende a cantar en su nuevo nido, para ser oruga en el corazón de una flor, para ser una piedra preciosa escondida en una roca. Todavía estoy llegando para reír y llorar, para temer y esperar, pues el ritmo de mi corazón es el nacimiento y la muerte de todo lo que vive. Soy el efímero insecto en metamorfosis sobre la superficie del río, y soy el pájaro que cuando llega la primavera llega a tiempo para devorar este insecto. Soy una rana que nada feliz en el agua clara de un estanque, y soy la culebra que se acerca sigilosa para alimentarse de la rana. Soy el niño de Uganda, todo piel y huesos, con piernas delgadas como cañas de bambú, y soy el comerciante de armas que vende armas mortales a Uganda. Soy la niña de 12 años refugiada en un pequeño bote, que se arroja al mar tras haber sido violada por un pirata, y soy el pirata cuyo corazón es incapaz de amar. Soy el miembro del Politburó con todo el poder en mis manos, y soy el hombre que ha de pagar su deuda de sangre a mi pueblo, muriendo lentamente en un campo de concentración. Mi alegría es como la primavera, tan cálida que abre las flores de toda la Tierra. Mi dolor es como un río de lágrimas, tan desbordante que llena todos los océanos. Llámame por mis verdaderos nombres para poder oír al mismo tiempo mis llantos y mis risas, para poder ver que mi dolor y mi alegría son la misma cosa. Por favor, llámame por mis verdaderos nombres para que pueda despertar y quede abierta la puerta de mi corazón, la puerta de la compasión. (Thich Nhat Hahn) Un hombre decidió cavar un pozo en un terreno que poseía. Eligió un lugar y profundizó hasta los cinco metros, pero no encontró agua. Pensando que aquel no era el sitio idóneo, buscó otro lugar y se esforzó más llegando hasta los siete metros, pero tampoco esta vez halló agua. Decidió probar una tercera ocasión en distinto lugar, y cavar aún mucho más, pero cuando llegó a los diez metros, concluyó que en su terreno no había agua y que lo mejor era venderlo. Un día fue a visitar al hombre al cual había vendido el terreno, y se encontró con un hermoso pozo. - Amigo, mucho has tenido que cavar para encontrar agua, recuerdo que yo piqué más de veinte metros y no encontré ni rastro -dijo el recién llegado. - Te equivocas -contestó el aludido-. La verdad es que yo sólo cavé doce metros, pero a diferencia de ti, siempre lo hice en el mismo sitio. (Relato oriental)
Durante este año 2020 he decidido probar en el mundo de los campeonatos de Taichi (en este caso online, debido a las circunstancias derivadas de la pandemia de la COVID-19). Los resultados obtenidos han sido los siguientes: Torneo Online de Wushu de la Comunidad Valenciana, organizado por el Departamento de Wushu de la Federación Valenciana de Judo y DA. [ÁMBITO AUTONÓMICO]
Festival Online de Wushu Madrid 2020, organizado por el Departamento de Wushu de la Federación Madrileña de Judo y DA. [ÁMBITO NACIONAL]
2020 International Online Wushu Open Competition, organizado por la European Wushu Friendship Association (EWFA). [ÁMBITO INTERNACIONAL]
Campeonato Interautonómico Online de Wushu, organizado por el Departamento de Wushu de la Federación Valenciana de Judo y DA. [ÁMBITO NACIONAL]
Sin ser el ámbito competitivo el que más me interesa dentro del Taichi Chuan (lo que no quiere decir que no lo valore, ni mucho menos), reconozco que fue una buena oportunidad para poder observarme y aprender de mí mismo y, por supuesto, compartir con practicantes de artes marciales de diferentes partes de España y de otros países del mundo. Hoy, 17 de Diciembre de 2020, la UNESCO ha incluido la práctica del Taichi (Taijiquan), de forma oficial, en el listado de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Por tanto, estamos ante una gran noticia y un día feliz y de celebración para toda la comunidad de practicantes de este arte marcial. «La salvaguardia del Taijiquan puede incrementar su notoriedad y propiciar un diálogo sobre las diversas formas de practicarlo que se dan en las diferentes comunidades». (UNESCO)
Estando cercana la hora de la muerte de Zhuang Zi, sus discípulos comenzaron a preparar un espléndido entierro. Zhuang Zi les dijo:
- Como sudario y ataúd tendré al Cielo y la Tierra, el Sol y la Luna serán los símbolos de jade que permanecerán junto a mí, los planetas y las constelaciones brillarán como joyas a mi alrededor y todos los seres estarán presentes como comitiva fúnebre. Ya tengo todo para mi funeral. ¿Qué es lo que falta? ¿Qué más puedo necesitar? Sus discípulos dijeron: - Maestro, nos duele que los cuervos y milanos te coman. Zhuang Zi respondió: - Sobre la tierra mi cuerpo será devorado por cuervos y milanos, y bajo tierra por gusanos y hormigas. ¿Sois partidarios de dar de comer sólo a unos y de privar a los otros? Ya está disponible el programa de cursos que impartirá el Dr. Wang Xiaojun en su visita a Escuela Tantien (Valencia, España).
El maestro Wang Xiaojun es Doctor en Educación Física especializado en Taichi y Qigong, licenciado en Medicina Tradicional China y profesor de la Universidad de Deportes de Pekín (departamento de 'Yangsheng'), además de pertenecer al linaje tradicional de Taichi del estilo Chen (línea de Pekín). Practicante de Taichi y Kung Fu Shaolin desde los 6 años, es discípulo directo de los maestros Tian Qiutian (linaje tradicional de Taichi estilo Chen), Dr. Li Yongchang (reconocido experto en MTC, Qigong y Tuina) y Mei Mosheng (Alquimia Interna Taoísta). Entre sus maestros también destacan Kan Guixiang y Men Huifeng (pioneros en las formas modernas de Taichi), Li Jongyin (uno de los 8 discípulos de Chen Fake), Zhang Guangde (creador del método 'Daoyin Yangsheng Gong'), Dr. Qiao Hongru (experto en Qigong y MTC de la Universidad de Deportes de Shandong), Zhang Rongshi (Kungfu Shaolin del Norte) y Yu Hai (Kungfu Mantis). No es fácil encontrar un maestro de Taichi y Qigong que combine un profundo conocimiento tradicional del arte con la metodología y rigurosidad científica de un doctor en Educación Física. Toda la información aquí.
Manuel Rodríguez es alumno directo de Félix Castellanos (maestro de Taichi y Chikung y discípulo de los maestros Wang Xiaojun y Alain Baudet) e instructor de Taichi y Chikung por Escuela Tantien, la Asociación de Taichi y Chikung de Valencia, el Instituto Chino de Investigación de Wushu y MTC y la colaboración de la Beijing Sports University (BSU).
Más información: www.taijivalencia.com | [email protected] Hay un tipo de meditación que invita a visualizar un espacio, imaginado o real, donde te sientas feliz y tú mismo; un lugar seguro y agradable al que poder "regresar" en aquellos momentos que lo necesites. Desde el primer instante en que realicé esta meditación, mi "lugar seguro" ha sido una finca que tenían mis abuelos, desde años antes de que yo naciese, a la que llamaban "La Barrumba" (supongo que será el nombre del terreno o la montaña), cerca de Duesaigües (Tarragona); este terreno estaba en mitad del monte, y muchos veranos y períodos de vacaciones nos juntábamos toda la familia. Muchas veces pienso que gran parte de mi pasión por la práctica contemplativa y la mística, así como de mi inquietud por la vida en la montaña, vienen de mis experiencias en este lugar... Alrededor del año 2001-2003 (no recuerdo exactamente), y a punto de fallecer mi abuelo, el terreno se vendió; desde entonces, una de mis ilusiones es volver a visitarlo. Muchas veces me acuerdo de él, y aparece a menudo en mis sueños. Hace un rato, casualidades de la vida, he encontrado el artículo de un senderista que citaba la montaña donde se situaba la casa y en el que, sorprendentemente, estaba colgada la foto que comparto al final de esta entrada. Decenas de recuerdos circulan ahora mismo por mi mente: jugué infinidad de veces en esos columpios; en el porche, casi todas las noches, me quedaba dormido mirando las estrellas y dándome cuenta de lo pequeños que somos y lo grande que es el Universo... Parece que fue ayer cuando me perdía en mis paseos por los montes, o cuando bajábamos al pueblo para comprar en la tienda de Jordi, o cuando nos bañábamos en la piscina... Veo nítidamente a Bu y Nala (unos perros que tenía el vecino de abajo) subir a visitar a mi abuelo; y qué curioso, porque yo entonces no tendría más que 3 ó 4 años. Me acuerdo también de los vecinos de abajo, de su hija, Tania, y de sus perros ladrando cuando nos acercábamos a la valla. Y de los terrenos del vecino de arriba, al que llamaban "el maestro" (creo que la casa ahora pertenece a Proyecto Hombre). Y de cuando precisamente su hijo bajó para avisarnos que había incendios cerca y tuvimos que irnos corriendo.... Aún siento en mis frágiles piernas de niño el cansancio tras subir a la torre de enfrente y volver cargados (unos más que otros) de leña que, posteriormente, usábamos para encender la chimenea los días de frío... Me río (ahora) de los sustos que me dieron, alguna vez, algunos animales que se metieron dentro de la casa a investigar si había comida. Y de cuando la familia era ya tan numerosa, que nos llevábamos la tiendas de campaña y dormíamos fuera de la casa. Me acuerdo de Tod (mi perro) corriendo, libre, por la montaña. Me pregunto, también, si seguirán ahí los "tesoros" que escondí en ciertos "lugares secretos" de la finca... Revivo imágenes, sonidos, olores... Hoy me acuesto con sentimientos encontrados. Siento una gran pena al ver, aparentemente, este lugar tan dejado, tan descuidado, tan abandonado... Y, sin embargo, también me siento inmensamente agradecido por las experiencias vividas en él e infinitamente maravillado por comprobar cómo la vida se abre camino... ............................................................ Mirando detenidamente la foto me viene a la memoria parte del 'Cántico de las Criaturas' de San Francisco de Asís: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana madre tierra, la cual nos sostiene y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas» Abro también, al azar, el Tao Te Ching al azar; aparece el capítulo 52, que no puede ser más revelador: «En el principio era el Tao. Todo surge de él; a él todo retorna» Actualización (Junio 2019): Aprovechando que a finales de Junio estábamos relativamente cerca del lugar, nos acercamos a hacer una visita.
Este breve artículo va dirigido, sobre todo, a aquellas personas cristianas (católicas, protestantes, ortodoxas, ...) que, por desconocimiento, creen que no es compatible la práctica de la meditación y la oración. Intentaré dar unas pequeñas pinceladas sobre qué es la meditación, esperando poder acercar esta magnífica y liberadora práctica a quienes ya experimentan la oración, sin intención de cambiar una práctica con la otra, sino más bien de complementarla y mejorarla. Por tanto, no esperes en él una crítica a la Iglesia, la religión o cualquier otra cuestión similar. ¿Qué es y en qué consiste la meditación? La palabra «meditación», en el contexto al que nos referimos en el artículo, suele utilizarse para englobar a cualquiera de las prácticas de crecimiento interior que utilizan las distintas religiones y tradiciones espirituales. La meditación es una herramienta clave para ayudarnos a obtener paz y felicidad. Contrariamente a lo que muchas personas piensan, no es necesario pertenecer a una determinada religión ni estar en un templo o un lugar especial para meditar: puedes hacerlo en cualquier lugar del mundo, desde un rincón de tu casa en el que te sientas cómodo hasta dando un paseo o, por supuesto, en un templo de cualquier religión. La meditación es una práctica a través de la cual se intenta ir más allá del pensamiento condicionado para alcanzar un estado profundo de conciencia. Su objetivo principal es concentrarte y, poco a poco, relajar tu mente hasta liberar tu conciencia. Según vas progresando, vas sintiendo que puedes meditar en cualquier sitio y en cualquier momento, logrando la paz interior a pesar de lo que esté pasando a tu alrededor. Puedes notar, además, que comienzas a reaccionar mejor ante las cosas a medida que te vuelves más consciente de tus pensamientos y emociones. Podría decirse que la meditación es, por tanto, el arte de vivir; a medida que mejora nuestro mundo interior, mejora también nuestro mundo exterior (nuestras relaciones, nuestra vida cotidiana, ...). ¿Qué beneficios tiene la meditación? Los estudios realizados mediante el método científico demuestran los beneficios de la meditación, que van desde la mejora de la salud física, hasta el verdadero conocimiento de uno mismo. Los siguientes son sólo algunos de los beneficios de la meditación: A nivel físico:
A nivel mental:
A nivel espiritual:
Una vez teniendo un poco más claro qué es esto de la meditación, quizá sea el momento de responder, de forma breve, a varias preguntas: ¿Qué diferencia hay, exactamente, entre meditación y oración? La más destacada quizá sea la actitud: cuando rezas, "hablas" a Dios, es decir, haces peticiones o realizas acciones de gracias; cuando meditas, se presenta una actitud más bien de escucha, sintiendo de algún modo dentro de ti la presencia de Dios. ¿Qué beneficios puede tener la meditación enfocada a una mejor oración? Podría decirse que la meditación puede preparar el terreno para hacernos más abiertos a Dios. Cuando se medita, es posible sentir que Dios está profundamente dentro ti. Y desde esta experiencia de un Dios que no está fuera, sino dentro, la experiencia de oración puede ser más enriquecedora. La meditación es una práctica con la que se puede llegar a un crecimiento espiritual. Y este crecimiento espiritual implica, en muchas ocasiones, que la actitud se dirija hacia la contemplación, práctica meditativa común en todas las religiones y tradiciones espirituales y que es, también, un tipo de oración cristiana. Meditación como oración contemplativa En la oración contemplativa, el orante no habla, no razona, no pide..., sino que trata de silenciar su cuerpo y su mente, con una respiración profunda y tranquila, para permanecer en silencio con Dios y sentirse en comunión con Él y con la Creación. La oración contemplativa (o de silencio) ha sido descrita detalladamente en la obra de dos místicos cristianos: Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, a los que recomiendo leer. Esta oración se fundamenta en la búsqueda de Dios en nuestro interior (Dios nos habita, somos "templos del Dios") y la contemplación la belleza de la creación sintiéndonos parte de la misma. Por tanto, la práctica de la meditación es, en cierto modo, una forma de "interiorización" en la que el meditador (y orante) se entrega a Dios, que habita en su interior, en su exterior y en todo lo que le rodea. Su mente no habla, no piensa; sólo se queda a solas con Dios en el silencio, con atención plena y escucha atenta. Manuel Rodríguez
Instructor de Taichi, Chikung y Meditación. Más de 15 años de experiencia como catequista de jóvenes y adultos. Desde la Harvard Medical School se ha diseñado una guía detallada para comenzar a entrenar, en la que incluyen, además de diferentes rutinas de entrenamientos, los 5 mejores ejercicios para mantener y mejorar la salud. 1. La natación 2. El Taichi (y el Qigong) 3. El entrenamiento de fuerza 4. Caminar 5. Los ejercicios de Kegel Es interesantísimo el trabajo que está haciendo la Harvard Medical School en la promoción y difusión del Taichi (y el Qigong), aunando tanto el punto de vista oriental como la óptica científica occidental. Siempre recomiendo a mis alumn@s, como lo hicieron también conmigo, la lectura, estudio y práctica del libro "Guía Tai Chi de la Harvard Medical School", del Dr. Peter Wayne, donde aparecen condensadas muchas de estas investigaciones. Puedes leer más aquí. A partir de Octubre de 2017 comenzará un nuevo grupo de Iniciación al Taichi en la Escuela Tantien. Las clases tendrán lugar todos los martes de 15:30 a 16:45 horas.
El Taichi es un antiguo arte marcial interno de origen chino que se ejercita mediante movimientos suaves y armoniosos en combinación con la respiración y la intención, lo que permite el desarrollo de la relajación activa, la concentración mental, la coordinación y el desarrollo de una respiración consciente y profunda. Está vinculado directamente con algunos conceptos de la filosofía taoísta, como el Yin y Yang y, por sus aplicaciones terapéuticas, con aspectos de la Medicina Tradicional China. El Taichi es también un método de autoconocimiento de nuestro cuerpo, emociones y pensamientos: una técnica de meditación en movimiento. Las clases de iniciación al Taichi servirán como introducción a este maravilloso arte centenario comenzando desde la base a través de una rutina de movimientos corta y sencilla en la que moveremos gran parte de las cadenas musculares, profundizando en la respiración, la intención y la meditación en movimiento. Si deseas más información e inscribirte pincha aquí. El pasado jueves 30 de Mayo finalizaron las clases de Taichi y Qigong de la Asociación de Jubilados del Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Valencia. Aunque en un principio la tradicional exhibición de Taichi y Qigong iba a celebrarse en los Jardines del Real - Viveros de Valencia, la lluvia obligó al grupo a desplazarse al Colegio Oficial de Enfermería, donde se realizó una breve demostración de los movimientos de Taichi Shan (abanico). Cada vez hay más estudios que confirman los beneficios para la salud física y emocional de la práctica correcta del Taichi y el Qigong. En el colectivo de los Adultos Mayores supone una práctica muy recomendable, pues mejora la flexibilidad y el equilibrio, fortaleciendo las piernas y desarrollando la propiocepción. Las clases de Taichi y Qigong se retomarán el próximo martes 3 de Octubre, siguiendo con el horario habitual: martes y jueves de 10:00 a 11:15 y de 11:30 a 12:45 horas en el Salón de Actos del Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Valencia (C/ Polo y Peyrolón 59), siendo impartidas por el profesor Manu Rodríguez. «Cuando un arquero dispara porque sí, está en posesión de toda su habilidad.
Si dispara para ganar una hebilla de bronce, ya está nervioso. Si dispara por un premio es de oro, se ciega o ve dos objetivos... ¡Ha perdido la cabeza! Su habilidad no ha variado, pero el premio lo divide. Está preocupado. Piensa más en ganar que en disparar... Y la necesidad de ganar le quita poder...» (Zhuang Zi) VIAJE A CHINA 2017 DEL 30 DE JULIO AL 15 DE AGOSTO DE 2017 ¿Te has planteado la posibilidad de viajar a China este verano?
Explorarás Pekín, la Muralla China, Xian y las montañas de Wudang, en el corazón de China. Practicaremos Taichi (Taiji Quan) y Chikung (Qigong) con los maestros Wang Xiaojun y Félix Castellanos. Un viaje exclusivo, diseñado para la inmersión en la cultura, costumbres y tradiciones chinas, especialmente relacionadas con las filosofías tradicionales, el origen de las artes marciales y el Taichi (Taiji Quan) y el Chikung (Qigong), visitando lugares llenos de arte, simbología y, en las montañas de Wudang, rodeados por antiguos templos taoístas y una naturaleza exuberante. Organizado por Escuela Tantien. Toda la información en: http://www.escuelatantien.com/actividad/presentacion-viaje-a-china-2017/ En China, además de la acupuntura, la fitoterapia, el tuina, la moxibustión, las ventosas, ...., los profesionales de la MTC "recetan" ejercicios y tablas de Chikung (Qìgōng); de hecho no conciben ejercer la MTC sin practicar este arte milenario. Fundamentalmente porque el Qì es algo que se debe sentir y experimentar.
El Chikung trata de regular esta energía vital (qì) mediante ejercicios (gōng), realizados correctamente y en coordinación con una respiración consciente,visualizaciones y la concentración en puntos, meridianos y zonas del cuerpo. Si quieres formarte como profesor de Chikung de la mano de profesionales, no lo dudes. Más información: http://www.escuelatantien.com/formacion-profesores-chikung-valencia/ Todos los practicantes de artes marciales somos partícipes y beneficiarios de un legado que ha sido transmitido, a lo largo de generaciones, como resultado de la vida, enseñanzas y experiencias de los grandes maestros. Ellos viven en nosotros y son parte de nosotros. Reza un antiguo proverbio chino que «quien no conoce su aldea de origen, jamás encontrará la aldea que busca». Honrar a nuestros maestros implica, por tanto, valorar, respetar y agradecer su legado, la herencia que nos han dejado. Hoy escribo para honrar y recordar a uno de ellos: el maestro Tian Qiutian. Hoy he sabido que el maestro Tian Qiutian falleció el pasado 8 de Junio de 2016 a los 83 años. Sobrino de Tian Xiuchen (discípulo de Chen Fake) y maestro del Dr. Wang Xiaojun (maestro de mi maestro, Félix Castellanos), formó parte de la 19ª generación del estilo Chen de Taichi y la 3ª generación de la línea Chen de Pekín, a cuyo reconocimiento y difusión dedicó por completo su vida. Era muy querido y respetado en Pekín tanto por practicantes como por otros maestros, además de ser un referente del estilo Chen. El pasado verano, en mi viaje a China, tuve el honor de visitar al maestro en su casa. Aún nos recuerdo, con total claridad, en ese caluroso y húmedo día, subiendo las escaleras del edificio, situado en una zona pobre de Pekín, y entrando por la puerta del hogar encontrándonos, de frente, con él. Me llamó poderosamente la atención su constante sonrisa, su generosidad, humildad y sencillez, así como la nobleza, paz y serenidad que transmitía su mirada. Me acordé, en ese momento, de aquellos grandes sabios nombrados en las historias, alejados del lujo y las riquezas, satisfechos y felices con lo poco que poseían. Y sin embargo, detrás de esa modestia, de esa sencillez, de ese recogimiento…, se encontraba un gran maestro y parte viva de la Historia del Taichi. El maestro Tian nos acogió acompañado de su mujer (gravemente enferma), sus hijos y uno de sus nietos, conviviendo todos en un reducido espacio de pocos metros cuadrados donde, pese a la más que aparente pobreza, reinaba un ambiente de felicidad. Tras la bienvenida, los saludos y presentaciones, nos ofrecieron agua y nos invitaron a sentarnos y acompañarles un rato. Sonrisas, alegría, afecto… Me conmovió especialmente la ternura con la que los hijos cuidaban a sus padres, el cariño con el que el nieto trataba a sus abuelos, la entrega amorosa del “discípulo Wang” hacia su maestro. Y es que fue este, también, un aspecto llamativo y hermoso: conocer al Dr. Wang Xiaojun, el maestro de mi maestro, en su rol de discípulo. Me hizo pensar. Y es que, al final, ¿qué somos sino eslabones de una cadena que se remonta a tiempos antiguos, transmisores de un arte ancestral que forma parte de nosotros y transforma nuestras vidas? Un arte que, al mismo tiempo, no nos pertenece y motiva, en muchos de nosotros, la necesidad de compartir este maravilloso tesoro. El encuentro con el maestro Tian Qiutian supuso uno de los más emocionantes de mi vida, y lo recordaré con especial amor y cariño. Necesité un tiempo para poder asimilar que había sido partícipe de un momento único e histórico que nunca se repetiría, que la vida me había obsequiado con un maravilloso regalo y me había recordado, una vez más, la importancia de uno de los pilares fundamentales de nuestra existencia: la familia. Pocas palabras pueden expresar lo que siento más que aquellas que sirvan de sincero agradecimiento al maestro Tian Qiutian por su dedicación y entrega al Taichi a lo largo de su historia, por la herencia que nos ha dejado y que sigue viva a través de sus sucesores. Agradecido, también, a la vida y las personas que me dieron la oportunidad de conocerlo y aprender tanto en tan poco tiempo. Si estás leyendo esto te invito a que cierres un momento los ojos y trates de recordar a tus ancestros. Sonríe y, desde lo más profundo de tu corazón, diles: «gracias por tu vida, gracias por tu legado.» En memoria del maestro Tian Qiutian (田秋田, 1933 - 2016). Visita al maestro Tian Qiutian en su casa. En la fotografía de la izquierda, por orden: Anabel Esteve, Félix Castellanos, Dr. Wang Xiaojun, Tian Qiutian, Manuel Rodríguez, Aarón Andreo. A la derecha: Manuel Rodríguez con el maestro Tian Qiutian (Pekín, Agosto 2015).
El pasado 26 de Mayo miembros de la Asociación de Jubilados del Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Valencia realizaron una exhibición de Taichi y Chikung para celebrar el final del curso 2015-2016. El encuentro tuvo lugar en los Jardines del Real - Viveros de Valencia. Frente a la atenta mirada de familiares, amigos y viandantes, los enfermeros jubilados mostraron algunos de los ejercicios trabajados a lo largo del curso. El grupo realizó de manera coordinada, elegante, suave y armoniosa algunos movimientos de Chikung a través de la tabla Jian Shen Yun Qi Fa (tonificar el cuerpo transportando la energía vital), seguidos de movimientos de Taichi Chuan del estilo Yang y Taichi Shan (abanico). Estas tablas de ejercicios forman parte del programa diseñado por los maestros Dr. Wang Xiaojun y Félix Castellanos y desarrollado en Escuela Tantien, la Asociación de Taichi y Chikung de Valencia, el Instituto Nacional Chino de Investigación de Wushu y Medicina Tradicional China y la colaboración de la Universidad de Educación Física de Pekín. La práctica correcta del Taichi y el Chikung desarrolla de la conciencia corporal, lleva a una mejor postura física, mejora la flexibilidad, aumenta el equilibrio, ayuda a respirar mejor y fomenta la armonía y paz interna, entre otros muchos beneficios. En el colectivo de los Adultos Mayores supone, por tanto, una práctica muy recomendable. Las clases de Taichi y Chikung, que se retomarán el próximo 4 de Octubre, tienen lugar los martes y jueves de 10:00 a 11:30 y de 11:30 a 13:00 horas en el Salón de Actos del Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Valencia (C/ Polo y Peyrolón 59) y están dirigidas por el profesor Manu Rodríguez. «Sin movimiento no hay cambio ni vida».
Canon de Medicina Interna del Emperador Amarillo Entonces apareció el zorro: - ¡Buenos días! -dijo el zorro. - ¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vio nada. - Estoy aquí, bajo el manzano -dijo la voz. - ¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres! - Soy un zorro -dijo el zorro. - Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste! - No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado. - ¡Ah, perdón! -dijo el principito. Pero después de una breve reflexión, añadió: - ¿Qué significa "domesticar"? - Tú no eres de aquí -dijo el zorro-. ¿Qué buscas? - Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"? - Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas? - No -dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito. - Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear vínculos". - ¿Crear vínculos? - Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo... - Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado... - Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas. - ¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito. El zorro pareció intrigado: - ¿En otro planeta? - Sí. - ¿Hay cazadores en ese planeta? - No. - ¡Qué interesante! ¿Y gallinas? - No. - Nada es perfecto -suspiró el zorro. Y después volviendo a su idea: - Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de Sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo. El zorro se calló y miró un buen rato al principito: - Por favor... domestícame -le dijo. - Bien quisiera -le respondió el principito-, pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas. - Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame! - ¿Qué debo hacer? -preguntó el principito. - Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca... El principito volvió al día siguiente. - Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios. - ¿Qué es un rito? -inquirió el principito. - Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones. De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida: - ¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré. - Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique... - Ciertamente -dijo el zorro. - ¡Y vas a llorar!, -dijo él principito. - ¡Seguro! - No ganas nada. - Gano -dijo el zorro- he ganado a causa del color del trigo. Y luego añadió: - Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto. El principito se fue a ver las rosas, a las que dijo: - No sois en absoluto parecidas a mi rosa. Nadie os ha domesticado ni habéis domesticado a nadie. Sois como era antes mi zorro, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo. Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles: - Sois muy bellas, pero estáis vacías y nadie daría la vida por vosotras. Cualquiera que os vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de vosotras. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y, algunas veces, hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin. Y volvió con el zorro: - Adiós -le dijo. - Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: no se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos. - Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito para acordarse. - Lo que hace más importante a tu rosa es el tiempo que tú has perdido por ella. - Es el tiempo que yo he perdido por ella... -repitió el principito para recordarlo. - Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa... - Soy responsable de mi rosa... -repitió el principito, a fin de acordarse. Capítulo XXI de “El Principito” (Antoine de Saint-Exupery)
FORMACIÓN DE PROFESORES DE CHIKUNG 2016 – 2018
Comienzo en Octubre de 2016. Toda la información aquí. REUNIÓN INFORMATIVA Jueves 28 de Abril de 20:30 a 21:30 ¡Plazas limitadas! «Los sabios perfectos de la antigüedad
eran tan sutiles, agudos y profundos que no podían ser conocidos. No conociéndolos, apenas sabemos describir su apariencia: eran tardos, como quien cruza un río en invierno; prudentes, como quien no quiere ofender a sus vecinos; discretos, como un invitado; pasajeros, como el hielo que se funde; sencillos, como un tronco de madera; disponibles, como un amplio valle; y opacos, como el agua turbia. ¿Quién puede, como ellos, a través de la quietud, aclarar lentamente lo turbulento? ¿Quién puede, como ellos, en el movimiento, permanecer en la calma hasta el momento de actuar? Quien sigue este Tao no anhela la abundancia. Por no estar colmado puede ser humilde, eludir lo vulgar y alcanzar la plenitud.» (Tao Te Ching, cap. XV) ¡Cuán maravilloso es el Taichi Chuan, cuyos movimientos siguen las leyes de la naturaleza! Continuo como una pulsera de jade, cada movimiento expresa el símbolo del Taichi. El cuerpo entero se llena de un continuo Qì, no hay desequilibrio entre lo superior y lo inferior. Apoya los pies con pasos de gato, moviendo el Qì como se enrolla la seda. En el movimiento, todo se mueve; en la quietud, todo está en calma. Arriba, el vértice de la cabeza está suspendido, y abajo el Qì se hunde en el Dantian. Relaja los hombros y baja los codos; estira la espalda y relaja el pecho. Cuando el weilu (sacro) está vertical de forma natural, el cuerpo se siente relajado y el Qì vivo. Utiliza la mente y no la fuerza, girando el cuerpo sobre la cintura. Todo sube desde la raíz, en los pies, mientras piernas y cintura se alinean perfectamente. La energía asciende por columna vertebral, y llega hasta los brazos y la punta de los dedos, porque, donde quiera que el Qì vaya, se manifiesta en el cuerpo. Todo esto depende de la mente, y nada tiene que ver con la fuerza bruta. Cuando lo lleno y lo vacío se distinguen claramente, lo duro y lo suave se adaptan a los cambios. Ying y Yang deben complementarse mutuamente, cuando al movernos de un lado a otro, giramos y cambiamos de postura. El Qì se despierta al variar la relación entre energías, y el espíritu permanece adentro. El movimiento surge de la quietud, pero incluso en el movimiento hay quietud. El espíritu dirige al Qì en su movimiento, y la palma y la muñeca están conectadas a la cintura. Nuestros pasos se adaptan a los cambios de situación, y las manos y los ojos se acomodan a las condiciones. Rapidez o lentitud siguen los movimientos del oponente; con el peso a un lado, nuestros movimientos no se retrasarán. Sin perder el contacto o sin dejar de agarrar, cada postura debe anticiparse al adversario. Después de atraer al oponente y neutralizar su energía, emitimos energía como un pozo burbujeante. Dejemos que el más fuerte agresor nos ataque, mientras cien gramos desvían mil kilos. Clásicos perdidos del Taichi
de finales de la dinastía Ching |
Manuel RodríguezEterno aprendiz... Archivos
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